Las santiagueras reciben el aniversario 59 de la Revolución cubana representando una poderosa fuerza en la vida socioeconómica, y un pilar en ramas en las que demuestran consagración y sensibilidad como la salud, la educación y la investigación científica.
El contraste es abismal con respecto a antes de 1959 en la provincia, donde actualmente ellas representan el 43 por ciento de la fuerza laboral activa en el sector estatal civil, declaró a la ACN Yuleidis Vega Blanco, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en el territorio.
Antes de la victoria del Primero de Enero, en Santiago de Cuba estaban empleadas apenas ocho mil mujeres, la mayoría como domésticas, con un nivel cultural que rozaba el segundo grado, el que prevalecía, como promedio, entre la población de la Isla en esa época.
Tal situación era consecuencia de la sociedad que imperaba en Cuba durante la seudorrepública, cuando la tasa de desempleo del país se elevó al 8,3 por ciento y en la zona oriental llegó hasta el 10,4 por ciento.
Hoy, apuntó Vega Blanco, se han incorporado a sectores no tradicionales o asumiendo alternativas laborales como el cuantapropismo, con la misma devoción con que educan a los hijos y defienden la Patria.
No solo son beneficiarias al tener derecho a un empleo decoroso, sino que logran otras ventajas como igual salario por trabajo igual, empleo como base de la seguridad social, igualdad de oportunidades para obtenerlo, sin discriminación de ningún tipo, además de capacitación de toda índole, gracias a la Revolución.
Y no le temen a ningún oficio, aunque sean duros, en el campo se desempeñan en fuertes faenas de la agricultura, son cooperativistas o usufructuarias, y barren calles como trabajadoras de Servicios Comunales, precisó la dirigente femenina.
Las mujeres tienen responsabilidad en casi todas las ramas socioeconómicas, dirigen escuelas, policlínicos, empresas, universidades, órganos de prensa, fábricas; constituyen cerca del 50 por ciento de los directivos en la provincia, aunque todavía enfrentan vestigios del pasado que las limitan en cargos de toma de decisiones.
Como muestra de que han aprovechado muy bien las oportunidades que les ha dado la Revolución y del alto nivel de equidad del cual disfrutan, en este territorio representan más del 67 por ciento de la fuerza profesional y técnica, lo que denota calificación y protagonismo.
Esa vocación de estar en la primera trinchera del deber, de dar el ejemplo y el primer paso para cumplir las tareas encomendadas, la heredamos las santiagueras de la más insigne federada, de Vilma Espín Guillois, nuestra eterna presidenta, destacó Vega Blanco.
Las féminas constituyen más del 39 por ciento de los delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular, por las pruebas de su aptitud y actitud, y aportes en la vida política, social y económica, subrayó.
Eva María González Cueto, trabajadora de la filial santiaguera de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba, considera que la mujer ha ganado un puesto reconocido por estar siempre en la primera línea al servicio de la Revolución.
Para la especialista en Medicina Interna, Ana Julia Carreras, quien ha cumplido misión internacionalista, ese espíritu solidario que caracteriza a la nación también lo han puesto bien alto las cubanas que han sembrado amor, salud, educación y bienestar por todas partes del mundo.
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