Plaza de la revolución

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miércoles, 10 de diciembre de 2014

En Cuba, derechos y oportunidades para los campesinos


RogelioPor Mariano Aldana Villalón
 
Cuando se hable de derechos y oportunidades para los campesinos, salta a la vista de todos la recia figura de Rogelio Batista García, un guajiro desde la cabeza a los pies.
Pongo el ejemplo de este santiaguero porque  en una importante etapa de su vida careció de esas cualidades en medio de una inmensa pobreza, como eran aquellos tiempos de la república neocolonial.

Rogelio nació a finales de la primera mitad del siglo pasado y desde muy pequeño tuvo que incorporarse a las tareas agrícolas para ayudar al sostén de la familia. A penas fue a la escuela…

Oscuro presente tenía ante si Rogelio, quien pese a todo no dejaba de soñar que en algún momento cambiaría esa triste situación para la gente que trabajaba la tierra de sol a sol.

El triunfo revolucionario del Primero de enero de 1959 lo despierta de ese sueño. Con 15 años comenzaría una nueva vida de derechos y oportunidades al lado de la Revolución de Fidel.

Rogelio fue uno de los primeros que en el país experimentó el derecho de socialización de los campesinos como verdaderos dueños de la tierra.

Para este santiaguero la Ley de Reforma Agraria, impulsada por el Gobierno revolucionario después de 1959,  fue el paso inicial para los futuros cambios que tendrían lugar en el país para el avance del quehacer de los agrarios.

Esa conquista le dio mucha más dignidad al sector agrario de nuestra sociedad y en los 55 años de revolución el estado cubano se empeña en darles más derechos y ayuda a ellos y sus familias.

Muy a pesar de estar acariciando las SIETE décadas de vida, el Rogelio Batista no se detiene ante nada. Hoy, sencillamente, es un ejemplo de cuanto se puede hacer, cuando se le pone el corazón a la producción de alimentos.

Hoy en su finca Hato viejo de unas 8 hectáreas en el municipio San Luis exhibe al visitante la doble corona de la excelencia en la agricultura urbana.

El éxito que lo acompaña se debe al empleo de la ciencia y la técnica, a la buena utilización del suelo y a la diversificación de los cultivos.

En manos de campesinos como Rogelio descansa en buena medida la alimentación del pueblo que como ellos han sabido ganarse un lugar en nuestra sociedad llena de derechos y oportunidades.

La Constitución de la República de Cuba, ejemplo de los derechos humanos


 escudo de cubaPor Naylet Hernández Blanc
 
Al leer detenidamente la Constitución de la República de Cuba, desde su preámbulo, específicamente en su declaración que preside el profundo anhelo martiano, logrado desde  a partir del primero de enero de 1959 con el triunfo de la Revolución: “YO QUIERO QUE LA LEY PRIMERA DE NUESTRA REPÚBLIA SEA EL CULTO DE LOS CUBANOS A LA DIGNIDAD  PLENA DEL HOMBRE”, estamos en presencia de un genuino acto de derecho humano.

A partir de aquí cada artículo e inciso de  nuestra Constitución recoge de manera clara y directa los fundamentos políticos, sociales y económicos del Estado cubano, donde la soberanía del país reside en el pueblo, poder que se ejerce directamente por las Asambleas del Poder Popular en sus diferentes niveles.

Por una parte está el derecho del Estado a realizar la voluntad del pueblo trabajador garantizando, como lo precisa el artículo #9, la construcción del socialismo, la libertad y dignidad plena del hombre.

El disfrute de sus derechos, el ejercicio y cumplimiento de sus deberes y el desarrollo integral de su personalidad, también  se explicitan en la Constitución cubana que además indica el  aseguramiento del avance educacional, científico, técnico y cultural del país y la satisfacción de las necesidades.

Muchas serían las líneas para  demostrar la valía de la  Constitución de la República de Cuba, como ejemplo de los Derechos Humanos, graficados convenientemente en cada uno de sus 15 capítulos que incluyen temas vitales como Ciudadanía, Extranjería, La familia, Educación y cultura, Igualdad, Derechos, deberes y garantías fundamentales, Estado de emergencia, Principios de organización y funcionamiento de los órganos estatales, Los Órganos superiores y locales del Poder Popular, Sistema Electoral, Tribunales y Fiscalía, La División político- administrativa y hasta la reforma constitucional.

De manera que indudablemente la Constitución de la República de Cuba es, y vuelvo a nuestro José Martí, la primera y única ley que dignifica al hombre.

El derecho al trabajo en Cuba es un derecho constitucional


El derecho al trabajo en Cuba es un derecho constitucionalCon la Ley 116 Código de Trabajo y su Reglamento, se ponen de manifiesto los principios fundamentales del derecho al trabajo, reconocidos internacionalmente como derechos humanos.

 En mi familia, casi todos trabajan, unos en el sector estatal, otros, en el privado; pero lo más importante es que cada uno hace del trabajo, su derecho constitucional.

Desde el artículo número uno de la carta magna, se reconoce que Cuba es un estado socialista de trabajadores, un país UNITARIO con todos y para el bien de todos. De modo que el trabajo en nuestra sociedad es un derecho, un deber y un motivo de honor para cada ciudadano.

Y es por ello que la Ley 116 Código de Trabajo y su Reglamento es un reflejo de los derechos laborales establecidos en la Constitución.

Primero porque garantiza y regula el buen mantenimiento de las relaciones sociales entre empleadores y empleados, y porque además… es la base tutelar de los derechos humanos de los trabajadores.

Como refiere el artículo nueve de la Constitución, el Estado realiza la voluntad del pueblo trabajador y garantiza la libertad y dignidad plena del hombre.

Según el criterio del Licenciado Alian Patoja Álvarez, Especialista en Derecho del Departamento de Asesoramiento Jurídico de la Dirección provincial de Justicia, “podemos inferir que el nuevo Código de Trabajo plantea la inclusión de la protección de la seguridad social tanto los trabajadores estatales como no estatales”, para él un punto significativo porque se trata de la igualdad en el trabajo, y acotó que se basa en el hecho de que –“ninguna persona podrá ser discriminada y tendrá derecho a un salario justo de acuerdo a la actividad que realice”.

Actualmente en nuestro país se establecen nuevas posibilidades de trabajo. Mujeres y hombres dan riendas sueltas a su creatividad, ingenio, productividad y eficiencia, los cuales a mi entender se revierten en bienestar colectivo e individual… Ellos además de participar en la gestión de la producción y los servicios, también tienen derecho a la sindicalización.

En tal sentido Pantoja Álvarez comentó además que “podrán asociarse libremente y constituir sindicatos de acuerdo a las actividades que realicen para lograr mejor comprensión y derecho. Podrán presentar recursos en la persecución o búsqueda sus derechos (si fuesen violados) a través de la actividad procesal para el desarrollo y cumplimiento de los derechos que le son dados por ley”.

Protección y seguridad en el trabajo en Cuba se rigen como derecho constitucional. Por eso cuando digo que en mi familia casi todos trabajan, pienso en que no todos ejercen una labor  perfecta e ideal, pero trabajan. Lo importante es que ejercen su derecho humano, y lo defienden porque es su derecho y deber.

Castillo del Morro San Pedro de la Roca, testigo del tiempo


 Castillo del Morro San Pedro de la Roca, testigo del tiempoPor Ivianna Rodríguez Santana

Fiel a la imagen narcisista que emerge espléndida ante las aguas del mar Caribe, permanece El Museo Castillo del Morro San Pedro de La Roca, desafiante testigo del paso de los siglos y de la historia. 

A 17 años de ser considerada patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la UNESCO, esta férrea coraza arquitectónica que data del siglo XVII, regala una invitación perenne para el turismo nacional e internacional, a respirar y revivir toda una realidad histórica que muchas veces se traduce en misticismo.

Pero además, por el ambiente seductor y pacífico, que hasta la caprichosa luna se aferra a contemplar durante el día, es lugar propicio para la relajación, y el encuentro con uno mismo.

Rodeado de un paisaje natural y de riquezas culturales, este sitio atesora huellas del sistema defensivo costero surgido por una necesidad de la metrópolis española para proteger la ciudad contra los ataques de corsarios y piratas, que la convirtió en un baluarte inexpugnable.

Estas celdas atestiguan la etapa en que el Castillo funcionó como prisión militar por ser considerado obsoleto desde el punto de vista defensivo. En ellas, se rinde tributo a patriotas y personalidades vinculadas con las guerras de independencia que estuvieron encarcelados en esta fortificación.

Aquí sufrieron prisión Dominga Moncada, Madre de Guillermón, y los mayores Generales Bartolomé Masó, Flor Crombet, Mayía Rodríguez y Pedro Agustín Pérez. De este último cuenta una leyenda que fue el único hombre que pudo escapar con vida de esta fortificación.

La misma que fue testigo de la batalla que dio fin al dominio colonial español en América.

Todos los atractivos de esta fortaleza  se funden con naturalidad y vehemencia: el puente levadizo, los muros y cúpulas de piedra, el mar Caribe que bordea toda su estructura y el cañonazo justo cuando el Astro Rey se esconde en el horizonte, refuerzan el éxtasis compartido por sus visitantes.

Dicen que esta estructura de naturaleza escalonada, se hace cómplice ante los pensamientos de quienes acuden a su cobijo, lo convierten en el espacio ideal para un encuentro con la historia, pero también para los suspiros nostálgicos y las miradas perdidas.

No se debe entonces temer a esos muros corroídos por el tiempo, si se recuerda que siempre habrá génesis de mitos y leyendas en este edén que es el Castillo del Morro San Pedro de la Roca.