Plaza de la revolución

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lunes, 9 de enero de 2017

Fidel en programa televisivo Ante la Prensa

Por Armando Fernández Martí

Santiago de Cuba, 9 ene.— Hace 58 años, el 9 de enero de 1959, hablando en el programa televisivo Ante la Prensa, el Comandante en Jefe del Ejército Rebelde Fidel Castro Ruz reiteró, que se le solicitaría al gobierno de Estados Unidos el retiro de la misión militar que tenía en Cuba, como  lo había planteado el día antes, en su primer discurso en el Campamento de Columbia, tras su arribo a La Habana.

Al explicar las razones por la cual el Gobierno Revolucionario tomaría esa medida Fidel señaló: “Esas misiones han estado entrenando a los soldados que han estado combatiendo contra nosotros durante dos años y además, ¿Para qué ha servido la misión militar? ¿Para qué los soldados pierdan la guerra?”

De esa forma, la Revolución pondría fin a 60 años de injerencia militar norteamericana en Cuba, iniciada en julio de 1898 cuando Estados Unidos se inmiscuyó en el conflicto hispano-cubano y sus tropas desembarcaron por Santiago de Cuba, a una intervención que se extendería hasta la proclamación de la República en mayo de 1902.

No obstante la retirada de esa tropa, ya en marcha la República, Estados Unidos aseguró mantener su presencia militar en Cuba mediante la Enmienda Platt, una apéndice impuesto a la primera Constitución del país caribeño que lo autorizaba a intervenir en la isla cuantas veces lo considerara oportuno, tal y como lo hizo en 1906 y 1912.

Asimismo, el primer gobierno republicano arrendó a Estados Unidos una porción del territorio cubano en Guantánamo para que instalara una base militar, que se ha mantenido desde entonces hasta nuestros días, no obstante a que el Gobierno Revolucionario ha solicitado en múltiples ocasiones la devolución de esa zona a la soberanía del país.

Fue durante la tiranía de Fulgencio Batista a partir de 1952 que el gobierno estadounidense le prestó todo su apoyo, convirtiendo a las fuerzas armadas del tirano en una de las más poderosas de América Latina, suministrándole equipamientos y armas valorados en 16 millones de dólares, además de entrenar a más de 500 oficiales cubanos en bases norteamericanas y enviar numerosos asesores a la nación caribeña.

Sin embargo, no sería hasta el 11 de febrero de 1959, que el Gobierno Revolucionario de Cuba en uso de sus facultades soberanas solicitó al gobierno de Estados Unidos retirara de nuestro país su misión militar, por considerarla inoperante en la nueva situación revolucionaria de la nación.

Granma hizo alto al fuego por lluvia, Villa Clara emparejó la semifinal

Pitcheo matancero no logró asir la brida de los Alazanes

Por José Raúl Castillo Argüelles

Santiago de Cuba, 9 ene.— Bajo fuego continuo estuvo el pitcheo de Matanzas durante las cinco entradas y media que pudieron disputarse en el Mártires de Barbados de Bayamo antes que la lluvia paralizara las acciones del tercer juego del play-off semifinal entre Cocodrilos y Alzanes de Granma, porfía que arrojó saldo parcial de 11 carreras por 3 favorable a las huestes locales.

Una decena de imparables, entre ellos jonrones consecutivos de Carlos Benítez y Frank Camilo Morejón en la tercera entrada, llenaron de angustia al alto mando yumurino, atormentado por la incapacidad del bulpén para detener el galope de los Alazanes que sacaron del box en la misma primera entrada al abridor Yoanni Yera, quien sólo pudo sacar un out y no dejaron de marcar carreras en los cinco episodios concluídos, a razón de dos en el primero, una en el segundo, dos más en el tercero, cuatro en el cuarto y otras dos en el quinto.

Los visitantes consiguieron efímera ventaja en el capítulo inicial cuando Yordanis Samón recibió pelotazo y William Saavedra le botó la pelota a Noelvis Entenza, pero luego el derecho ejerció dominio hasta la sexta entrada cuando Matanzas consiguió descontar una por doblete de Yurisbel Gracial y sencillo de Jefferson Delgado.

Las tribulaciones del pitcheo matancero convirtieron el box en una suerte de pasarela por la que desfilaron, tras Yera: Yoel Suárez, Ramón Licor, Dannys Aguilera, Yoandry Ruíz, Adrián Sosa, Denis Quesada y Dairon Durán.

En el encuentro Yordan Manduley, refuerzo de  Granma,  disparó su jit número 1000 en series nacionales y es el sexto holguinero que alcanza esa cota, listado integrado por Juan Pacheco, Yoanis Quintana, Juan Carlos Bruzón, Yunior Paumier y Yeison Pacheco.

Este encuentro será reanudado hoy a las 7.15 p. m.

Villa Clara pagó en casa con la misma moneda e igualó el play-off

Así como los Tigres de Ciego de Ávila no hicieron concesiones ante su público y archivaron dos éxitos consecutivos a costa de los Azucareros de Villa Clara en el José Ramón Cepero, estos últimos disiparon la posibilidad de un desenlace definitivo en el Sandino de Santa Clara al adjudicarse par de triunfos en línea en los juegos tercero y cuarto de la porfía, por lo que ahora la semifinal que disputan tendrá que definirse en suelo avileño.

Una productiva cuarta entrada en la que sacaron del box al abridor Erly Casanova tras ligarle cuatro imparables y en la que anotaron cuatro veces (todas a la cuenta de Casanova pero la ultima remolcada por sencillo de Andy Zamora ante el relevista Ariosky Hernández) le proporcionó a los Azucareros una ventaja inalcanzable (ya habían anotado una vez ante el propio Casanova en la entrada anterior por error de Yorbis Borroto), pues el santiaguero Alberto Bisset llegó en misión de auxilio en la quinta entrada, le puso fin a una revuelta avileña y luego colgó cuatro ceros consecutivos para consagrar el importante triunfo con pizarra de 5 carreras por 3, desenlace que emparejó la semifinal a dos victorias por bando.

Ganó Alberto Bisset (1-0) y perdió Erly Casanova (2-6).

Hoy en ese mismo escenario se jugará a partir de 3.15 p. m. el quinto juego de esta play-off que definirá qué equipo viaja con ventaja hacia el José Ramón Cepero, sede de los juegos sexto y séptimo, caso que haga falta este último.

El primer parque arqueológico subacuático Monumento Nacional

Por Vicente González Díaz/Casa Dranguet

Santiago de Cuba, 9 ene.— El Parque Arqueológico Batalla Naval de Santiago de Cuba, como resultado de su estudio y documentación, ha sido declarado Monumento Nacional.

Para dejar constancia de ello, han sido ubicadas dos tarjas, la primera en el Castillo del Morro San Pedro de la Roca, a la entrada de la Bahía de Santiago de Cuba, y la segunda al pie de los restos del crucero Acorazado Oquendo, en la ensenada de Juan González, al oeste de la ciudad.

Esta declaratoria no es para nosotros el objetivo final, sino el comienzo de una intensa labor de protección y conservación de este legado, labor que es imprescindible para garantizar el conocimiento y disfrute por las presentes y futuras generaciones de la herencia cultural de nuestros pueblos.

La importancia que ostentaron las aguas de la Mayor de las Antillas durante más de cinco siglos de historia naval, como elemento de comunicación entre diferentes pueblos y culturas fue trascendental. El océano Atlántico y el mar Caribe han sido testigos de una parte importante de nuestra historia en la cual han dejado huellas materiales diferentes culturas, diferentes periodos de esplendor de nuestro pasado y de otros pueblos. Esta cultura material que forma el patrimonio arqueológico subacuático es hoy legado histórico cultural de la nación cubana.

El área de la franja costera de la zona suroriental de la provincia de Santiago de Cuba fue escenario de uno de los acontecimientos navales más trascendentales de la historia de Cuba y el mundo. La cruenta y desigual batalla naval, que culminó con el hundimiento de la flota del vicealmirante Pascual Cervera y Topete, puso fin al dominio colonial español en América, y con esto dio paso al surgimiento del imperio más poderoso en la historia de la humanidad: Estados Unidos de América.

Los vestigios de aquella cruzada naval conforman lo que actualmente se conoce como el Parque Arqueológico Subacuático Batalla Naval de Santiago de Cuba, conformado por siete sitios arqueológicos donde yacen los pecios vinculados al desembarco y conflicto naval, así como por todas aquellas evidencias materiales —mástiles, masteletes, restos de las jarcias de las arboladuras, herrajes, partes de los emplazamientos de la artillería, proyectiles de grueso o mediano calibre, fluserías, balaustres y mecanismos de sistema de propulsión— pertenecientes a los buques que guardan relación de una forma u otra con los hechos. De igual forma, entre los restos que yacen sobre el fondo marino se han articulado, en más de un siglo de reposo y actividad biológica, ecosistemas especiales donde la fauna sésil y flora marina se han fusionado con los pecios en una entidad simbiótica que los protege mutuamente.

A pesar del enorme valor histórico, patrimonial y ambiental del que son acreedores los pecios, no son aún suficientes las acciones desplegadas en pro de su conservación. Las observaciones in situ de cada uno, realizadas durante años por investigadores y especialistas, han permitido constatar el grado real de deterioro de los mismos, así como la destrucción y pérdida progresiva y sistemática de sus elementos integrantes, en parte por la propia dinámica del medio marino y de los eventos meteorológicos extremos, pero fundamentalmente por la acción antropogénica.

El patrimonio cultural y natural subacuático hace referencia a todo vestigio de existencia humana que haya quedado sumergido bajo las aguas, sean terrestres o marinas, y que posee alguna importancia para la preservación de la historia de la humanidad en su relación con el entorno. Este patrimonio, al que puede pertenecer desde un barco hasta una ciudad, posee la característica sui generis de encontrarse en un medio especial, donde los valores naturales de los ecosistemas y sus particulares biótopos interactúan de manera decisiva con los valores culturales, ya que se imbrican con estos en una unidad dialéctica que es decisiva para su conservación, única garantía para su legado a las futuras generaciones como herencia compartida.

Ahora bien, el proceso de conservación del patrimonio cultural y natural subacuático, al referirse a un conjunto de acciones humanas con el propósito de salvaguardar valores universales, es expresión, y depende en grado sumo, del nivel cultural que poseen los individuos que se erigen como gestores del mismo, pues si no lo perciben como un tesoro universal, que además les pertenece, no podrán intervenir en su preservación. Lo anterior se refuerza por el hecho de que la mayor amenaza que enfrentan esos sitios arqueológicos proviene de las acciones antrópicas, no de las naturales, las cuales, bien sea por afán de expoliación o por simple desconocimiento, destruyen aceleradamente esos valores. Es atribuible al hombre el saqueo y la depredación irreversible, mientras que los daños provocados por elementos naturales transforman y degradan en el tiempo, pero pueden ser mitigados o evitados con un adecuado plan de manejo para su conservación. Por ello dicho proceso transita por la sistematización de la sensibilidad patrimonial y ambiental de los sujetos que, en unidad dialéctica entre empoderamiento y satisfacción de necesidades, permite la apropiación de la cultura requerida, y con ella el logro de la conservación.

Asesinato en alta mar del Comandante Tony Santiago

Por Armando Fernández Martí

Santiago de Cuba, 9 ene.— Hoy se cumplen 56 años de aquel 9 de enero de 1961 cuando un grupo de contrarrevolucionarios al servicio de la CIA asesinaron al Comandante del Ejército Rebelde Antonio Santiago García, quien navegaba en una lancha hacia Miami, en Estados Unidos, para cumplir una misión asignada por la Seguridad del Estado de Cuba, a la cual pertenecía el valeroso combatiente.

Un día antes, Tony Santiago había partido con destino a Miami a bordo de la embarcación “El pensativo”,  junto con los agentes de la Seguridad Cubana Lisandro Sánchez Nieto, Juan Batista Hernández y Francisco Pequeño Saiz, a quienes se les había encomendado también el cumplimiento de riesgosas misiones en Estados Unidos.

La embarcación fue interceptada en alta mar por una lancha rápida tripulada por gusanos al servicio de la CIA quienes dispararon contra la nave donde viajaban los cuatro revolucionarios hasta destrozarla, sin que antes estos ofrecieran una fuerte resistencia a los atacantes.

Ya en el agua, el Comandante Tony Santiago y los tres restantes agentes de la Seguridad Cubana gritaron con exclamación ¡Patria o Muerte!, lo que provocó la ira de los contrarrevolucionarios que prosiguieron disparándoles hasta que sus cuerpos desaparecieron en el mar.

Sin embargo, nadie supo de lo que había sucedido a los cuatro valerosos combatientes hasta tres años después, cuando uno de los contrarrevolucionarios participante en esa acción del 9 de enero de 1961 contó lo sucedido ante un Agente de la Seguridad infiltrado en Miami, conociéndose así de la heroica muerte de Tony Santiago y sus acompañantes.

No fue hasta 1970, nueva años después de este criminal hecho terrorista, que la Seguridad del Estado Cubana reveló la impresionante verdad de lo ocurrido al Comandante Tony Santiago y sus compañeros, reconociendo que ellos murieron en cumplimiento de una misión asignada en defensa de la patria y de su pueblo.

Antonio Santiago García, Tony, había nacido el 19 de septiembre de 1923 en la ciudad de Placetas, entonces provincia de Las Villas. En 1941 se trasladó a Estados Unidos y regresó a La Habana en 1958 incorporándose a la lucha guerrillera en El Escambray, siendo fundador del Frente de Las Villas.

Al triunfo de la Revolución, ya ascendido a Comandante Santiago laboró en el Ministerio de Transporte, donde fue reclutado por la CIA que le encomendó varias misiones en Cuba. No obstante Tony jamás traicionó a la Revolución y murió por ella el 9 de enero de 1961 cuando tenía 38 años de edad.