Por Armando Fernández MartíSantiago de Cuba, 17 dic.— El 17 de diciembre de 2014, hace hoy un año exacto, fue una fecha memorable para nuestro pueblo al anunciar el Presidente cubano, General de Ejército Raúl Castro Ruz, que Gerardo Hernández, Ramón Labañino, y Antonio Guerrero habían regresado a la patria tras largos años de encierro en cárceles del imperio yanqui. Antes lo habían hecho René González y Fernando González.
Con el regreso de todos nuestros
compatriotas a Cuba, al seno de su pueblo, a sus hogares, junto a sus
familias, pudiera pensarse que el caso de los cinco quedó cerrado. Puede
que para Estados Unidos, su justicia y su gobierno, haya sido así.
Pero para los cubanos esa nunca será historia pasada, sino que estará siempre presente en la memoria histórica de nuestro noble pueblo, como lo están los miles de actos terroristas cometidos contra la isla que nos han dejado más de TRES MIL muertos, o como el bloqueo económico que ha querido matar a once millones de cubanos, hombres, mujeres y niños, de hambre, enfermedades y necesidades.
El caso de los cinco es bien conocido al dedillo en Cuba y en otras latitudes del mundo por tanto, no es necesario hoy reiterar la historia de René, Gerardo, Ramón, Fernando y Tony, triste y desgarradora para nosotros y humillante y negra para el imperio y los que quisieron descargar todo su odio contra la revolución en esos hombres que con su valor y lealtad a los principios de la causa abrazada la patria lo hizo sus héroes.
Solo queremos hoy saludar el primer aniversario de la unión en Cuba de los cinco antiterroristas cubanos recordando lo dicho por cada uno de ellos en diciembre de 2001, hace 14 años, durante las vistas de sentencias que los condenó a largas penas de prisión por defender a su patria del terrorismo.
El 12 de diciembre de 2001 dijo Gerardo ante sus inquisidores citando al patriota norteamericano Nathan Hale: “Sólo lamento no tener más que una vida para entregar a mi pueblo”, al siguiente día, 13 de diciembre, ante la corte de Miami Ramón Labañino señaló: ”Llevaré el uniforme de recluso con el mismo honor y orgullo con que un soldado lleva sus más preciadas insignias”. Por su parte, el 14 de diciembre de DOS MIL UNO diría René en su alegato: “Yo haría lo que hice y tomaría los mismos riesgos por cualquier país del mundo”, en tanto que Fernando afirmaría: “En los años de presidio me acompañará siempre la dignidad que he aprendido de mi pueblo y de su historia”.
El último en pronunciar su alegato ante la corte de Miami fue Antonio Guerrero el 27 de diciembre de 2001 señalando: “Llegará el día en que no vivamos en la zozobra del temor a la muerte, y ese día de la historia, se verá la justicia de nuestra causa”.
Pero para los cubanos esa nunca será historia pasada, sino que estará siempre presente en la memoria histórica de nuestro noble pueblo, como lo están los miles de actos terroristas cometidos contra la isla que nos han dejado más de TRES MIL muertos, o como el bloqueo económico que ha querido matar a once millones de cubanos, hombres, mujeres y niños, de hambre, enfermedades y necesidades.
El caso de los cinco es bien conocido al dedillo en Cuba y en otras latitudes del mundo por tanto, no es necesario hoy reiterar la historia de René, Gerardo, Ramón, Fernando y Tony, triste y desgarradora para nosotros y humillante y negra para el imperio y los que quisieron descargar todo su odio contra la revolución en esos hombres que con su valor y lealtad a los principios de la causa abrazada la patria lo hizo sus héroes.
Solo queremos hoy saludar el primer aniversario de la unión en Cuba de los cinco antiterroristas cubanos recordando lo dicho por cada uno de ellos en diciembre de 2001, hace 14 años, durante las vistas de sentencias que los condenó a largas penas de prisión por defender a su patria del terrorismo.
El 12 de diciembre de 2001 dijo Gerardo ante sus inquisidores citando al patriota norteamericano Nathan Hale: “Sólo lamento no tener más que una vida para entregar a mi pueblo”, al siguiente día, 13 de diciembre, ante la corte de Miami Ramón Labañino señaló: ”Llevaré el uniforme de recluso con el mismo honor y orgullo con que un soldado lleva sus más preciadas insignias”. Por su parte, el 14 de diciembre de DOS MIL UNO diría René en su alegato: “Yo haría lo que hice y tomaría los mismos riesgos por cualquier país del mundo”, en tanto que Fernando afirmaría: “En los años de presidio me acompañará siempre la dignidad que he aprendido de mi pueblo y de su historia”.
El último en pronunciar su alegato ante la corte de Miami fue Antonio Guerrero el 27 de diciembre de 2001 señalando: “Llegará el día en que no vivamos en la zozobra del temor a la muerte, y ese día de la historia, se verá la justicia de nuestra causa”.
Por Grisell Pupo Montes de Oca
Pero
no sólo la fuerza más longeva y experimentada está comprometida. En el
Paquito, la Unión de Jóvenes Comunistas lidera importantes acciones,
entre ellas están la constitución de los colectivos y turnos juveniles
en la industria y en las unidades productoras. La organización juvenil
se ha planificado atender esmeradamente los pelotones de corte
mecanizado y las brigadas de macheteros.
Por Mariano Aldana Villalón
Por Israel Hernández Planas
“Me gusta bailar, cantar compartir en una fiesta con otros niños”, expresa Taila María Portuondo Silva, alumna del sexto grado.
Por
eso no faltan las personas que intentan llevar a cada uno de estos
alumnos la normalidad cotidiana de cualquier infante. Algunos, como los
maestros y demás trabajadores de este centro, lo hacen por obligación
pero a sabiendas de que es una tarea a la que hay que ponerle corazón y
experiencia.
Por Grisell Pupo Montes de Oca
Hacer
una agricultura más sostenible, dar mayor protagonista a las féminas
que se dedican al cultico de la tierra, son otras de las acciones que
realizan.
Por José Raúl Castillo Argüeles