Plaza de la revolución

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miércoles, 14 de diciembre de 2011

Fiesta de la Bandera: tradición de alegría

Isabel Zaldívar
Cada 31 de diciembre se celebra en el céntrico parque Céspedes, de esta ciudad, la Fiesta de la Bandera, acto tradicional con más de un siglo y al cual concurren muchos santiagueros espontáneamente. Personalmente he disfrutado en esta actividad, única de su tipo en el país, durante más de dos décadas de forma consecutiva.

El también llamado “corazón de la ciudad” es engalanado con varios días de antelación para el momento mágico; aunque desde las nueve de la noche comienza la fiesta con la actuación de cantantes y grupos del patio. El público, sentado en sillas, de pie o dando vueltas por el parque goza sin límites, y tan pronto baila, aplaude y grita, como se funde en abrazos con la familia acompañante y amigos. Es el último día del año y la alegría de recibir el nuevo no hay quien la arrebate.

Cuentan que esta fiesta tuvo su origen cuando el señor Ángel Moya, conocido por los santiagueros como “Chichi”, concibió la idea de regalar a la ciudad la primera bandera cubana que debía ondear oficialmente en el edificio municipal, una vez proclamada la república libre y soberana.

De ahí que encabezara y promoviera una colecta pública entre los ciudadanos de la localidad. Reunido el dinero sugerido se dirigió al establecimiento comercial situado en Santo Tomás y San Germán para poner en manos de su propietario, el señor Luis Gómez, el encargo de que fuera confeccionada dicha bandera con las dimensiones pedidas, quien a su vez encomendó a una factoría norteamericana en territorio de Estados Unidos la confección de la misma.

El 31 de diciembre de 1900, justo a las 12 de la noche, para comenzar el año próximo, el entonces  primer Alcalde de Santiago de Cuba al inicio de la República,  Sr. Don Emilio Bacardí Moreau instituyó la llamada “Fiesta de la Bandera”, izando a dicha hora en el mástil de la entonces casa Consistorial, una Bandera cubana de grandes dimensiones costeada por la suscripción popular y donada al Ayuntamiento santiaguero.

Una vez terminado el izaje, el Sr. Bacardí, ofreció un discurso en el que alabó a la figuras de Antonio Maceo y Mariana Grajales como relevantes personalidades patrióticas vinculadas al proceso independentista recién finalizado.

Desde entonces la Fiesta de la Bandera se ha mantenido exactamente igual en día y hora. Para muchos, presagia la suerte de los pobladores de la urbe santiaguera, para el nuevo año, es decir, si flota alegremente al viento en lo alto del Ayuntamiento anuncia buena ventura durante el año venidero; y todo lo contrario si se mantiene quieta.

No hay un ser de los presentes que quite los ojos de la enseña nacional, de 18 metros,  mientras va subiendo.  Los vítores y aplausos, fuegos artificiales y música  se escuchan hasta muy lejos, una vez finalizado el acto de izaje.

Es una ceremonia patriótica, con nuevos destellos al anunciar el nuevo aniversario del Triunfo de la Revolución Cubana, por cuanto fue en el mismo lugar, hora y día en que el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz proclamara al mundo la victoria del Ejército Rebelde en 1959.

Si bien es verdad que la Fiesta de la Bandera en Santiago de Cuba es única en el país; no quiere decir que otros sitios celebren similar fiesta. El 18 de mayo de realiza la Fiesta de la Bandera en Haití; el 27 de febrero es la fiesta de la Bandera en Argentina, y también se cuenta la Fiesta de la Bandera en Guazú, en Salto del Guairá, Paraguay, o “Bandera De Mi

Patria Tan Querida”, donde en una ocasión fueron extendidas 22 kilómetros de bandera, con la participación de más de 3 mil estudiantes, empleados de comercio y taxistas.

En tiempos tan convulsos como los que vivimos, ojalá y en muchos lugares del planeta se celebren Fiestas de la Bandera con tanta alegría y seguridad por el futuro como la de Santiago de Cuba.

La momia egpicia del Bacardí Moreau: misterio y polémica de siglos

Karina Sotomayor
El Museo Emilio Bacardí Moreau de esta ciudad posee un fondo de más de 23 mil bienes patrimoniales. La momia egipcia expuesta en la Sala de Arqueología Extranjera es uno de los mayores atractivos de la instalación por el misterio que la rodea. Llegó a Santiago en 1912 como una mujer perteneciente a la realeza de la dinastía del siglo XVIII. Años atrás este dato fue cuestionado por una especialista polaca y hoy, Yusmara Sabournin, una homóloga cubana, se adentra en la búsqueda de la realidad.

El arte funerario del embalsamamiento fascinó a Don Emilio Bacardí Moreau, quien fuera alcalde de Santiago de Cuba y fundador del Museo más antiguo del país. De ahí que en 1912, llegó desde Egipto, la única momia de su tipo existente en la nación. El Antiguo Egipto, fue una civilización que en sus más de tres mil años de existencia revolucionó la historia pasada y presente de la Humanidad, por el impacto de sus descubrimientos y prácticas socio-económicas.

La momificación fue una de las más grandes dedicaciones de la cultura egipcia. Consistía en un tratamiento con varias técnicas que variaba según el linaje o poder económico del difunto; ritual iniciador del largo viaje a  ultratumba: “El interés que se ve en los visitantes, tanto en el público nacional como extranjero, me indicó que había que hacer un estudio de cómo se lograba esa perfecta momificación en pos de lograr la conservación del cuerpo. Es una investigación muy compleja, me he apoyado significativamente en la Red de Redes, donde aparecen numerosas investigaciones en la sección de Arqueología”, comenta para este espacio Yusmara Sabournin.

En los años ochenta la egiptóloga polaca Jadwiga Lpinska a través del método de la observación, declaró incorrecta la ubicación histórica de la momia y la ubicó en el período saíta como mujer de la nobleza o sacerdotal, quienes  al igual que los nobles, eran momificados. La evaluó en su conjunto y sus acompañantes:   sapo, halcón, gato, ibis y cocodrilo:”Este es un tema muy controversial ya que como ella misma declaró la momia se hace acompañar por artículos que no le pertenecían  objetivamente. Sabemos por diferentes archivos, sobre todo en el periódico Cubano Libre, que Emilio Bacardí consultó un especialista en Egipto así que no sé hasta que punto pudo ser errónea la información, por lo que aún no se descarta la posibilidad de que esta mujer momificada verdaderamente un personaje real del siglo XVIII ”, añadió la Especialista.

La únca certidumbre es que se trata de una mujer por lo que desde el 2009 Yusmara se adentró en la investigación del embalsamamiento artificial, que es una de las tres variantes de la momificación. Posteriormente pretende  avanzar en el descubrimiento de la identidad de la momia. Estudios que se presentarán en el evento de Investigadores de Patrimonio de dos mil 12.

Como datos de interés se destaca que el arte del embalsamamiento se prolongó  hasta el año 392 d.C., fecha en que fue abolida por el emperador Teodosio II. Luego y durante siglos, el uso de las momias distó de lo sagrado para llegar a ser hasta un cotizado combustible pues como los restos estaban embuidos en resinas ardían con facilidad.

En el  siglo XIX, se usaron desmenuzadas como abonos, aunque en este caso las momias eran más de animales que de personas. Pues también esta civilización tenía como costumbre preservar animales como babuinos, bueyes, buitres, carneros, cocodrilos, escarabajos, gansos, gatos, hipopótamos, halcones, ibis, leones, lobos, mandriles, oxirrincos, perros, ranas, ratas, toros, etc.

En la Edad Media, era una práctica común usarlas convenientemente pulverizadas como parte de la composición de ungüentos y medicinas, fabricándose en algunos casos una especie de remedio universal.

El término momia deriva de la palabra árabe Mummia, con la que se conoce al betún, en analogía a las substancias que se empleaban durante el proceso de embalsamamiento.

Parque Zoológico: donde siempre se aprende

Coral Vázquez
Los trabajadores del parque Zoológico de esta ciudad desarrollan un programa de repoblación con vistas a incrementar el número de individuos, rejuvenecer  la colección y conservar las especies.

Según la directora de la institución, Kenia Ortiz Reyes este año y como resultado del manejo responsable ya se reportan el nacimiento de un antílope, un cebú enano, patos kaki y pekinés y codornices.

En las 18 hectáreas con que cuenta el Zoo santiaguero se encuentran, actualmente, un total de 1155 individuos agrupados en 74 especies, “llegar a 90 a más tardar en un plazo de 2 años, es la mayor aspiración” afirmó su directora. Agregó que este programa también tiene como en objetivos  reconquistar especies como los hipopótamos y repoblar algunas áreas y afirmó categóricamente que “la más atractiva es el recinto de los primates sobre todo para las niñas y los niños.

“La imagen que muestran hoy muchos animales, como los leones por ejemplo,  es una muestra de que el parque se encuentra en franco proceso de reanimación” agregó “así como las nuevas opciones que se incorporan, entre ellas las carpas para la venta de golosinas que atraen la atención especialmente de los más pequeños y también las actividades culturales y deportivas que ponemos a disposición de la grey infantil sobre todo los fines de semana”.

El parque Zoológico de Santiago de Cuba no siempre estuvo en el mismo lugar, primero en 1946 cuando se fundó  por iniciativa del entonces Alcalde Luis Casero estuvo donde se interceptan las Avenidas Manduley y Raúl Pujol, conocida como carretera de Siboney. En aquel entonces sólo se exhibían pocas especies que donaron algunas personas.  En 1957 se trasladó para el sitio donde se encuentra actualmente.

Se dice que los primeros parques Zoológicos surgieron en la antigüedad sólo para el entretenimiento, eran colecciones particulares  y constituían todo un símbolo de poder. Hoy por hoy son instalaciones en las que se exhiben animales dentro de recintos y constituyen el sitio ideal no sólo para el recreo sino también para investigar, educar y la conservación  y en tal sentido el Parque Zoológico de Santiago de Cuba no es la excepción.