Por Karina Sotomayor Otero
Santiago
de Cuba, 10 dic.— El ocho de diciembre de 1976 se inauguró el Taller
Cultural Luis Diaz Oduardo en esta ciudad. Desde entonces la instalación
se dedicó por completo a la atención exclusiva de las artes plásticas.
Gracias al trabajo de este taller tienen impacto internacional eventos
como el Internos, el Terracota y la Bienal de grabado.
El Taller Cultural es semilla de las
principales instituciones culturales santiagueras. Allí se trabaja la
pintura y la escultura, meses atrás, en esa casona tomo altura el
Diablo Rojo, uno de los personajes populares más recordados en la
ciudad.
El
Taller promociona las artes plásticas a la vista pública; desde las
facilidades de anfitrión que le brinda la Bienal de Grabado Grafi_k,
técnicas como la litografía, la colografia, y la xilografía se
socializan al conocimiento colectivo. Y este es uno de los moritos del
Díaz Oduardo, favorecer técnicas añejas y costosas como las del grabado.
Más
allá de ser pionero en el turismo de eventos, este taller tiene
impacto en todos los programas que promociona. La convocatoria del
Terracota, es uno de los encuentros más sólidos y efectivos del Oduardo.
La creación con el barro por sus fórmulas ancestrales tiene
discípulos en todo el mundo; igual suerte corre el Internos que ha
convertido a Santiago en una galería a cielo abierto con más de 80
murales.
Exposiciones personales y colectivas tienen espacios en
este taller; artistas, investigadores y críticos celebran los 40 años
de este Taller que es semilla y fuerza de la plaza cultural en Santiago
de Cuba.