Plaza de la revolución

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sábado, 28 de julio de 2012

Nota del Ministerio del Interior

Tomado de Granma Digital

Como informó el diario Granma, el pasado 22 de julio a las 13:50 horas, un auto Hyundai Accent matrícula de turismo T31402, se salió de la vía y se impactó contra un árbol en un tramo de la carretera Las Tunas-Bayamo, en la localidad de Las Gabinas, provincia Granma. En este lamentable accidente fallecieron los ciudadanos Oswaldo José Payá Sardiñas y Harold Cepero Escalante; mientras que resultaron lesionados leves los extranjeros Ángel Francisco Carromero Barrios y Jens Aron Modig, de ciudadanías española y sueca, respectivamente.
  

Durante el proceso investigativo, se precisó que el vehículo salió de La Habana sobre las 06:00 horas de ese día, conducido por Ángel Carromero, y se dirigió a Santiago de Cuba. Jens Aron viajaba en el asiento delantero derecho; Oswaldo Payá en el asiento trasero izquierdo y a su lado Harold Cepero. Estos dos últimos no llevaban puesto el cinturón de seguridad.

El tramo de la carretera en que ocurrió el accidente está en reparación y por espacio de unos dos kilómetros no se encuentra pavimentada la superficie de rodamiento, lo cual lo convierte en una especie de terraplén con abundante gravilla; por tanto, muy resbaladizo. El análisis pericial arrojó que el lugar es una vía recta que cuenta con buena visibilidad y había una señal que indicaba la existencia de hombres trabajando en su mantenimiento, precedida de otras similares que alertan a los conductores de los tramos en reparación.

Al respecto, el apartado dos del artículo 127 de la Ley 109, de seguridad vial, establece que "no se debe conducir un automóvil a una velocidad mayor de 60 kilómetros por hora en camino de tierra o terraplén"; y en el 128 que "Sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos anteriores, en relación con el límite general de velocidad, el que guíe un vehículo o animal por la vía debe tener pleno dominio de su movimiento y está obligado a moderar la marcha y si es preciso detenerla siempre que la circulación, estado de la vía o la visibilidad lo imponga", en especial, "cuando la superficie está resbaladiza por agua, grasa, arena, lodo u otras sustancias o estas puedan proyectarse hacia los vehículos y peatones".

El dictamen pericial y las declaraciones de tres testigos presenciales del accidente: José Antonio Duque de Estrada Pérez, Lázaro Miguel Parra Arjona y Wilber Rondón Barrero, permitieron establecer que el auto irrumpió al terraplén a exceso de velocidad. Al respecto, el capitán Jorge Fonseca Mendoza, perito del lugar del hecho (12 años de experiencia), apuntó que el conductor aplicó los frenos de una manera abrupta, ochenta metros después de haber entrado al terraplén, perdió el control del vehículo y el carro giró del costado izquierdo por espacio de 63 metros, con el frente hacia la cuneta y el maletero hacia el centro de la vía, hasta impactar con un árbol en el borde derecho de la carretera, lo cual confirma la extrema velocidad con que era conducido.

José Antonio Duque de Estrada, trabajador del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), quien reside en el municipio granmense de Río Cauto y transitaba por el lugar del hecho en una bicicleta, declaró al Órgano de Instrucción:

"El carro me pasó a alta velocidad por al lado, con seguridad iba a más de 100 kilómetros por hora. Rebasó a un tractor que también iba en la misma dirección y después vi una tremenda polvareda, cuando entró a un tramo que está en mal estado. Al aproximarme, ya con menos polvareda, vi al carro impactado contra un árbol en la cuneta. A mi modo de entender, la razón más clara que yo veo del accidente es el exceso de velocidad. Al caer en el terraplén no es lo mismo que en el pavimento, no hay freno que valga, el carro no se sujeta, se desliza y se impactó contra el árbol".

Por su parte, Lázaro Miguel Parra Arjona, tractorista del INRH y vecino de La Sal, en el municipio de Yara, confirmó esta versión: "El carro me adelantó a gran velocidad; luego vi la nube de polvo fuerte y cuando bajó el polvo pude ver el auto impactado en el árbol que está en la cuneta".

Tanto José Antonio como Lázaro conducían en la misma dirección del auto accidentado, pero Wilber Rondón Barrero, campesino de Río Cauto, venía en dirección contraria, a unos cien metros de distancia del sitio donde ocurrió el siniestro. "Cuando me acercaba vi que el carro perdía el control y se impactaba contra un árbol de la cuneta", declaró.

Un equipo de la Dirección de CriminaIística integrado por: teniente coronel Misael Fontes Pérez, oficial de la Sección de Averías, Explosiones e Incendios (19 años de experiencia como perito); teniente coronel Inardi Reyes Uriarte, jefe de la Sección Provincial de Criminalística de Granma (11 años de experiencia como perito) y el capitán Jorge Fonseca, de conjunto con Fidel Núñez Guevara, jefe de Ingeniería del Tránsito en la provincia Granma (9 años de experiencia como perito), concluyó categóricamente que el conductor manejaba a exceso de velocidad y que el vehículo presentaba una abolladura de 67 centímetros de ancho con 45 centímetros de profundidad en el lateral izquierdo trasero, perpendicular al eje longitudinal del auto (lugar donde viajaban los fallecidos), como consecuencia de un fuerte golpe que deformó sustancialmente el monochasis y el techo, cuyas características y dimensiones se corresponden con el tronco del árbol referido.

El dictamen médico forense indica que Oswaldo Payá falleció instantáneamente a consecuencia de un traumatismo craneoencefálico como resultado del fuerte impacto recibido; mientras que Harold Cepero murió en el hospital clínico quirúrgico Carlos Manuel de Céspedes, de la ciudad de Bayamo, debido a una insuficiencia respiratoria aguda por tromboembolismo pulmonar graso del lóbulo superior del pulmón izquierdo, derivada de la fractura fragmentada del fémur izquierdo.

Ángel Francisco Carromero declaró al Órgano de Instrucción que no recordaba haber visto la señalización que alerta sobre el estado en que se halla la vía.

Añadió que irrumpió al terraplén a una velocidad que no puede precisar, debido a que no iba observando el cuentamilla y al percatarse de que transitaba sobre grava, intentó disminuir la velocidad mediante un frenazo brusco y el auto comenzó a resbalar de lado hasta impactarse contra el árbol. Jens Aron declaró que él estaba dormitando cuando sintió el frenazo y el desplazamiento lateral del vehículo; luego perdió la conciencia.

A partir del análisis lógico del tiempo de viaje (cerca de ochocientos kilómetros en menos de ocho horas, con tres paradas intermedias), las declaraciones de los testigos y el estudio pericial del lugar del hecho y el vehículo, el equipo investigativo evaluó que Ángel Francisco Carromero Barrios debió conducir a una

velocidad promedio superior a los 120 kilómetros por hora y que fueron su falta de atención al control del vehículo, el exceso de velocidad y la incorrecta decisión de aplicar los frenos de manera abrupta en una superficie resbaladiza, las causas que determinaron este trágico accidente que costó la vida a dos seres humanos.

Continúa el proceso investigativo y de instrucción penal, en correspondencia con las leyes cubanas.


 

Eterno triburto a Frank y a los mártires

Autor : Adis López González

De una familia de profundos valores éticos y una tierra de enraizada tradición patriótica provenía él, para quien los adjetivos se hacen insuficientes en la tentativa de describir cuánto de este valioso hombre intentaron arrebatarnos.

Moral y pureza pocas veces conocidas, en un noble espíritu de justicia que hallaba máxima expresión en excepcionales aptitudes de dirigente.

Su capacidad de organización, acción y pensamiento han sido justamente valoradas por cuantos lo conocieron.

En medio de la disciplina y el rigor, una infinita sensibilidad hacía brotar en él lo de poeta mostrando humanismo aún más admirable.

Sí, porque era el mismo joven quien exigía el primer y sagrado lugar de la Patria, el que también confiesa el dolor eterno, llorando la ausencia y sus penas

sordas en aquel poema a su hermano Josué.

Justo por eso, aquel 30 de julio no hizo falta convocatoria. Sus asesinos jamás imaginaron que en lugar de desaparecerlo, inmortalizaban entonces la

integridad y el ejemplo.

Hicieron que jamás dejara de estar en Santiago, y el pueblo demostró que Frank se había diseminado, vivía en cada uno de estos que tomaron las calles

para hacer temblar a la propia muerte, espantar cualquier miedo y demostrar que aquellas líneas del poema son más que una convicción:

Hay muertos que, aunque muertos, no están en sus entierros;
¡Hay muertos que no caben en las tumbas cerradas
y las rompen, y salen, con los cuchillos de sus huesos,
para seguir guerreando en la batalla…!
¡Únicamente entierran los muertos a sus muertos!
¡Pero jamás los entierra la patria!
¡La Patria viva, eterna, no entierra nunca a sus propias entrañas…!
Esto hacemos cada día de los mártires, rendir tributo, reanudar el compromiso con las entrañas de la Patria.




Exhibe Museo 26 de Julio exposición fotográfica

Autor : José Roberto Loo Vázquez

Un recorrido por importantes momentos en sus 45 años de fundado exhibe el Museo Histórico 26 de Julio en la exposición gráfica Honrar, honra, abierta al público hasta el próximo 28 de agosto.

Resalta dentro de la muestra la primera fotografía tomada frente a los muros del otrora Cuartel Moncada en el año 1959.

Algunas instantáneas revelan la visita del Comandante en Jefe Fidel Castro en compañía de Ignacio Ramonet y la del General de Ejército Raúl Castro, junto al mandatario de Venezuela Hugo Chávez, en 2007.

Según Ana Pacheco, museóloga de la institución, la propuesta gráfica resalta la creatividad de fotógrafos de Cuba y otras naciones, y se destacan autores como René Silveira, Pablo Cuza Caballero y Vicente González.

Compuesta por una veintena de imágenes, la muestra -inaugurada el pasado 26 de julio- rinde tributo a los héroes y mártires de la gesta protagonizada por los jóvenes de la Generación del Centenario del Apóstol José Martí, agregó Pacheco.

Como propuestas para este verano, el centro oferta la modalidad de Ruta Histórica que incluye la visita a los lugares relacionados con las acciones del asalto al Cuartel Moncada, entre ellos el Palacio de Justicia y los antiguos Hospitales Militar y Civil Saturnino Lora.

Abierto al público hace 45 años, el Museo Histórico 26 de Julio, está dedicado a los sucesos ocurridos en la mañana de la Santa Ana, en 1953, cuando los moncadistas atacaron la segunda fortaleza en importancia de la dictadura de Fulgencio Batista.   

 

Homenajes a Frank País y Raúl Pujol, el Día de los Mártires

Por Marlene Montoya

Un ambiente de profundo patriotismo vivirá esta ciudad el próximo 30 de julio, Día de los Mártires de la Revolución, cuando se cumplen 55 años del asesinado de los revolucionarios Frank País y Raúl Pujol.
 
A las siete de la mañana del lunes comenzará el homenaje en el Callejón del Muro, ante la tarja que perpetúa la memoria de ambos jóvenes, baleados vilmente en ese lugar por soldados de la dictadura.
 
Familiares de mártires, combatientes de la Revolución, vecinos de esa comunidad y pueblo en general acudirán hasta allí para recordar las cualidades combativas y humanas del líder de la lucha clandestina, quien tenía entonces 22 años, y de su compañero.
 
Luego marcharán a pie hacia la Placita de los Mártires, parque donde solían reunirse jóvenes santiagueros que abrigaban el ideario de libertad, entre ellos Frank.
 
Ya en la tarde se efectuará la tradicional peregrinación, desde el Parque Céspedes hasta el cementerio Santa Ifigenia, con trabajadores de todos los sindicatos, las máximas autoridades de la provincia y una representación de los hijos de la Ciudad Heroína.
 
Con anterioridad saldrán dos grupos: uno desde la casa de Heredia y Clarín, donde partió el cortejo fúnebre de Frank, y el otro de Trocha y San Pedro, cercano al otrora sanatorio de la Colonia Española, lugar de velatorio del cadáver de Pujol.
 
Banderas Cubana y del 26 de Julio cuelgan desde balcones, corredores y alturas de la urbe oriental, en víspera de la celebración del Día de los Mártires de la Revolución.
 
El 30 de julio de 1957 Frank pretendió escapar de un cerco de la policía, pero fue identificado por un delator (antiguo condiscípulo) y el fuego de las armas enemigas se abrió sobre él y Pujol.
 
Cuando en la Sierra Maestra Fidel Castro supo la noticia, expresó: "Qué monstruos, no saben la inteligencia, el carácter, la integridad que han asesinado.