Por Caridad Franco Vega
Santiago de Cuba, 20 dic.— El 22 de diciembre de 1961 en acto multitudinario en la plaza de la revolución José Martí de la Habana el Comandante en Jefe Fidel Castro reunido con los jóvenes que alfabetizaron en los campos y montañas de una Cuba recién liberada declaró a nuestro país como libre de analfabetismo. Desde entonces en esta fecha se celebra el Día del Educador.
Santiago de Cuba, 20 dic.— El 22 de diciembre de 1961 en acto multitudinario en la plaza de la revolución José Martí de la Habana el Comandante en Jefe Fidel Castro reunido con los jóvenes que alfabetizaron en los campos y montañas de una Cuba recién liberada declaró a nuestro país como libre de analfabetismo. Desde entonces en esta fecha se celebra el Día del Educador.
Ser maestro no solo es una profesión es
una aptitud ante la vida. Para educar niños, adolescentes y jóvenes de
manera integral, instruirlos en los valores de la honestidad, el
civismo, la solidaridad, y el patriotismo se necesita ser ejemplo. Por
ello es tan importante sentir una verdadera vocación hacia el
magisterio.
Todos de una manera u otra recordamos a nuestros maestros aquellos que nos enseñaron las primeras lecciones, nos hicieron el regaño necesario o guiaron nuestras manos para aprender trazos que se convirtieron en letras y palabras.
Cada diciembre hacemos un alto en el diario y la cotidianidad para rendirle tributo a los nuestros educadores. En los tiempos actuales la labor de instruir y enseñar recobra prestigio, pues la familia y la sociedad están conscientes de cuan importantes son los educadores en la vida de niños y adolescentes que pasan la mayor parte del día en las escuelas con sus maestros, quienes seguirán teniendo la responsabilidad de la formación de personas virtuosas en las que los valores de comportamiento, las buenas costumbre se sedimenten, perduren y eleven la sensibilidad y la espiritualidad de cada persona.
Todos de una manera u otra recordamos a nuestros maestros aquellos que nos enseñaron las primeras lecciones, nos hicieron el regaño necesario o guiaron nuestras manos para aprender trazos que se convirtieron en letras y palabras.
Cada diciembre hacemos un alto en el diario y la cotidianidad para rendirle tributo a los nuestros educadores. En los tiempos actuales la labor de instruir y enseñar recobra prestigio, pues la familia y la sociedad están conscientes de cuan importantes son los educadores en la vida de niños y adolescentes que pasan la mayor parte del día en las escuelas con sus maestros, quienes seguirán teniendo la responsabilidad de la formación de personas virtuosas en las que los valores de comportamiento, las buenas costumbre se sedimenten, perduren y eleven la sensibilidad y la espiritualidad de cada persona.
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