A propósito de la fundación de un frente guerrillero

Texto y Fotos Lourdes Palau Vázquez

Santiago de Cuba, 5 mar.— En horas tempranas del sábado tres de marzo los integrantes del ejecutivo provincial de la Unión de Periodistas en Santiago de Cuba decidimos viajar hasta el municipio Tercer Frente como habíamos previsto para iniciar la jornada de la prensa con una motivación muy especial, el aniversario 60 de la fundación el seis de marzo de 1958 del Tercer Frente Guerrillero por el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque.

Nos recibió al entrar el paisaje hermoso de las montañas insurrectas, con su verde especial y adornado por esbeltas palmas y el afecto de los realizadores de la emisora Triple M oriental que ya esperaban nuestra visita junto a periodistas del cercano territorio de Contramaestre para intercambiar en lo que sería la inauguración oficial de la jornada de la prensa santiaguera.

Las propuestas todas muy interesantes avizoraba el día, una ofrenda al médico moncadista Mario Muñoz, visita al museo del mismo nombre y la escucha de programas alegóricos al frente guerrillero y sus hombres, cada momento con una dosis de alegría y de nostalgia para nosotros.

Estábamos frente al busto de Mario Muñoz enclavado en un punto céntrico del poblado de Cruce de los Baños profesionales de la información recordándole a 60 años de la fundación del frente guerrillero que hizo honor a su nombre rindiéndole tributo en una Sierra que cada día se transforma para favorecer a su pueblo. Esos eran los sueños de Mario que no reparó un segundo en ofrendar su vida por sus ideales.

Luego el museo, con su apasionada conductora nos llevó otra vez a las hazañas de Almeida, recorrimos los parajes de la Sierra Maestra del 58, la humildad de los campesinos que se unían a los rebeldes por montones, la ayuda solidaria y casi maternal de Surita, aquella negra que dejó su cama para que reposara el guerrillero y lo acogió siempre como uno más de sus hijos, escuchamos estremecidos las canciones del Comandante compositor, letras de amor y combate y envueltos en esa magia humilde y grande del héroe pasamos a la emisora a escuchar las obras propuestas.

Todavía nos reservaba la mañana nuevas emociones cuando parecía que el corazón no tenía espacio para más, los trabajos periodísticos realizados con valiosos testimonios nos devolvían a Almeida y a sus hombres desde aquellas guerrilleras hazañas de la Sierra, hasta la más reciente inhumación de los restos de los fundadores del frente junto a su jefe, las historias de algunas canciones del guerrillero y las palabras agradecidas de los hombres y mujeres del lomerío que para reforzar su compromiso en más de una ocasión repetían aquella clásica frase de Almeida en Alegría de Pío como una confirmación de convicción "Aquí no se rinde nadie".