Plaza de la revolución

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sábado, 3 de diciembre de 2016

Fidel y el Pico Turquino

Por Marlene Montoya
 
Santiago de Cuba, 3 dic.— Para la historia quedó la foto de la primera escalada de Fidel Castro al Pico Turquino, en la Sierra Maestra, el 28 de abril de 1957,  en plena gesta libertadora.

En la mayor altura de Cuba, con mil 974 metros sobre el nivel del mar, aparece junto a su hermano Raúl y Universo Sánchez.  Atrás, otros combatientes del Ejército Rebelde.
 
Con los fusiles alzados, hay emoción en los rostros por haber llegado hasta esa cima y al busto de José Martí, autor intelectual del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el 26 de julio de 1953, por esa generación que no dejó morir al Maestro,  en el centenario de su natalicio.
  
Por un momento fue olvidado el cansancio y brotaron las notas del Himno Nacional y de la Marcha del 26 de Julio.
 
Era una deuda de Fidel y sus hombres con El  Apóstol, ya que en 1953 había sido colocada la obra escultórica por Celia Sánchez Manduley y su padre Manuel Sánchez, médico rural y con avanzado pensamiento.
 
De la autoría de la escultora cubana Jilma Madera, en la base del monumento aparece la frase martiana: “Escasos como los montes son los hombres que saben mirar desde ellos y sienten con entraña de nación o de humanidad."
 
Volvió Fidel otras veces al Pico Turquino, antes y después del triunfo del Primero de Enero y uno de los momentos más recordados fue el acto de graduación de 400 médicos y estomatólogos, realizado en el Pico Cuba, el 14 de noviembre de 1965.
 
Entonces dijo a los futuros galenos lo mucho que representaban esas elevaciones, muy queridas, sagradas, y expresó: “Y hay algo que no se puede resumir con palabras ni expresar con palabras y es realmente ese momento en que se llega al Turquino”.
 
Y más delante manifestó:  “Y este ascenso (…) entraña un símbolo, y es el símbolo de que el espíritu que nos trajo a estas montañas, el espíritu que nos llevó a estas montañas, es hoy como ayer, y será siempre, nuestro espíritu, ¡el espíritu de nuestra Revolución!”
 
Por eso tantas generaciones de cubanos y cubanas han subido y suben al Pico Turquino, a pesar de lo difícil y agotador que resulta el ascenso, ya que esa cumbre forma parte de nuestra identidad nacional.

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