Nuevos métodos de trabajo permiten el mantenimiento de las áreas verdes y parques de la ciudad
Texto y fotos Kenia Tabares Robles
Texto y fotos Kenia Tabares Robles
Santiago
de Cuba, 16 may.— Aún en medio de la fuerte sequía que afecta a la
provincia desde finales del pasado año, los trabajadores de Servicios
Comunales se empeñan en retar la naturaleza. La celebración del medio
milenio de la séptima villa no deja tiempo para el descanso. Aunque las
lluvias de la primavera no han caído, avanza la reposición de plantas
resistentes y la construcción de jardinerías, en once arterias
principales de la urbe.
El trabajo conjunto de 800 hombres da paso a entornos agradables para residentes y visitantes, al tiempo que propicia mejor visibilidad para los chóferes.
En el territorio nuevos métodos de trabajo perfilan el cumplimiento de la actividad. El sector comunal tiene convenios con once cooperativas agropecuarias, encargadas de proveer plantas ornamentales, materia orgánica, fumigación y riego de agua a las áreas verdes de las avenidas priorizadas.
A la faena se suman trabajadores por cuenta propia con la reparación de cuatro parques: La Colonia, Chicharrones, René Ramos Latour y El Platanal. De modo que los 500 años de la villa santiaguera es un acontecimiento participativo.
Los operarios esperan con ansias las lluvias que proveerán de vida a estas especies. Mientras tanto, ponen el corazón en sus manos con la esperanza que las plantas amanezcan los próximos días.
El trabajo conjunto de 800 hombres da paso a entornos agradables para residentes y visitantes, al tiempo que propicia mejor visibilidad para los chóferes.
En el territorio nuevos métodos de trabajo perfilan el cumplimiento de la actividad. El sector comunal tiene convenios con once cooperativas agropecuarias, encargadas de proveer plantas ornamentales, materia orgánica, fumigación y riego de agua a las áreas verdes de las avenidas priorizadas.
A la faena se suman trabajadores por cuenta propia con la reparación de cuatro parques: La Colonia, Chicharrones, René Ramos Latour y El Platanal. De modo que los 500 años de la villa santiaguera es un acontecimiento participativo.
Los operarios esperan con ansias las lluvias que proveerán de vida a estas especies. Mientras tanto, ponen el corazón en sus manos con la esperanza que las plantas amanezcan los próximos días.
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