Plaza de la revolución

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jueves, 20 de noviembre de 2014

Convención de los Derechos del Niño


Por Noris Rosado Figueredo

Santiago de Cuba, 20 nov.— La Convención de los Derechos del niño y la niña, es un tratado de las Naciones Unidas, aprobado el 20 de noviembre de 1989, por la Asamblea General de este organismo internacional, que entró en vigor  en septiembre de 1990, la cual proclama la libertad, la justicia y la paz.
Fue signada por la mayoría de los Estados, excepto Somalia y Estados Unidos, este último, se negó, alegando que era la rebelión de los hijos contra los padres.

La Convención consta de 54 artículos y dos Protocolos Facultativos. La mayoría de los artículos se refieren a los derechos a la supervivencia, al desarrollo pleno, a la protección contra influencias peligrosas, los malos tratos y la explotación, a la plena participación en la vida familiar, cultural y social.

Otros aspectos de la convención incluyen que los niños y las niñas, hasta los 18 años de edad, deben gozar del derecho a la igualdad, a la expresión libre y a que se les escuche.

En Cuba, a pesar de que el Estado ya trabajaba por el bienestar de los menores, se puso en vigor la Convención sobre los derechos del niño y la niña, en 1991. Hoy, 25 años después de su aprobación y a pesar del riguroso bloqueo de Estados Unidos, contra nuestro país, el gobierno cubano ha cumplido los indicadores de atención de la infancia, por encima de los países sud-desarrollados, e incluso iguales a los de las naciones más desarrolladas, según afirmación deepresentantes de la UNICEF.

Justo en Cuba, los niños, las niñas y los adolescentes tienen escuelas y maestros, hasta en los lugares más intrincados; de ahí, la posibilidad de convertirse en obreros calificados, técnicos y  profesionales de nivel superior. Aquí, los menores disfrutan de la recreación, el deporte y la cultura.

En el campo de la salud, existe la atención y primaria y especializada, de forma gratuita para todos. Sin embargo, en muchos países, hay menores que realizan trabajos esclavos y ejercen la prostitución para mantenerse, y además, no tienen escuelas, ni maestros, ni hospitales.

En Cuba, a pesar de los pesares, los niños, las niñas y los adolescentes, gozan de privilegios, porque aquí, nada hay más importante que un niño.

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