Plaza de la revolución

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miércoles, 11 de abril de 2018

Martí y Gómez: desembarco por Playitas de Cajobabo

Por Margarita Piedra Cesar

Santiago de Cuba, 11 abr.— Sin ser un hombre netamente de acción, José Martí echó sobre sus hombros la gigantesca tarea de reorganizar el reinicio de la lucha en la Isla, a la que llamó “La Guerra Necesaria”, para arrancarle al colonialismo español la independencia como única solución para conquistarla.

Pero Martí tenía un gran sentido moral del deber y jamás eludió la responsabilidad de ponerse al frente de la guerra, muy a pesar de lo que le recomendaban otros patriotas y amigos, que su lugar de combate estaba en el extranjero, precisamente por ser él un hombre no habituado a los avatares de una confrontación en la manigua.

En ese sentido, José Martí señalaba: “El hombre de actos solo respeta al hombre de actos. El que ha encarado mil veces la muerte y llegó a conocerle la hermosura, no acata ni puede acatar la autoridad de los que le temen a la muerte”

Honrando esas palabras, es que el 11 de abril de 1895, José Martí junto a Máximo Gómez y otra veintena de patriotas, desembarca por Playitas de Cajobabo, en la región de Guantánamo, para sumarse a la guerra, que ya se había reiniciado en la isla desde el 24 de febrero de ese año con el Grito de Baire.

Al contrario de lo que le había sucedido a la expedición de Flor Crombet y los hermanos Antonio y José Maceo, quienes tuvieron que combatir tras el desembarco días antes por Baracoa, José Martí y Máximo Gómez no afrontaron mayores dificultades para entrar en la Isla sin ser descubiertos y pudieron moverse rápidamente por la región en busca de las huestes mambisas.

Cuentan que por esos días de abril de 1895 José Martí estaba muy contento, como niño con juguete nuevo, porque se encontraba de nuevo en la Patria y se cumplía su gran anhelo de incorporarse a la guerra, para reafirmar lo que había dicho: “La razón si quiere guiar, tiene que entrar en la caballería y morir para que la respeten los que saben morir”

A 123 años del desembarco de José Martí y Máximo Gómez por Playitas de Cajobabo, recordemos ese hecho con la enseñanza que nos dejó: un revolucionario jamás puede eludir el deber de luchar por la Revolución y defenderla hasta sus últimas consecuencias.

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