Por Mariano Aldana VillalónSantiago de Cuba, 17 mar.— La idea de convertir el cumpleaños 80 de los hermanos gemelos Arístides y Evelio Deronceles Caigne, en un encuentro entre ganaderos, fue sin dudas el mejor homenaje que recibieron estos dos santiagueros, quienes han dedicado toda su vida a la producción de leche y carne.
La gente comenzó a llegar temprano a la casa de Arístides, muy cerca de la comunidad El Oasis, pero poco ante de la media mañana la celebración dio paso a un interesante intercambio que animadamente sostenía un grupo de hombres, muchos de ellos jubilados, pero con vasta experiencia sobre la ganadería
Cada cual desde su óptica expuso su criterio sobre lo que se ha hecho en la ganadería y los esfuerzos que se demandarán a partir de ahora, sobre todo en la reproducción y la genética. Coincidieron que se tiene que ir a un desarrollo racial superior, pues ello permitirá que las hembras puedan parir todos los años, y no como lo vienen haciendo ahora con 20 o más meses.
Claro está que con ello se reduce la mortalidad no solo de las crías, sino también de las propias madres. Obligatoriamente hay que ir en esa dirección, sentenciaban unos, y otros añadían que tienen que ir a la par las necesidades de superación y capacitación para encarar con el empleo de la ciencia y la técnica el crecimiento ganadero en un futuro no muy lejano. José Muñíz Avalo, presidente de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) “Las Guásimas”, dijo que hoy los que peinan canas tienen que convertirse en un libro abierto, donde los jóvenes puedan aprender todo lo necesario para enfrentar el reto que tiene la provincia de alcanzar un desarrollo sustentable en la ganadería.
A la juventud hay que enseñarle las experiencias positivas y negativas, señalaba el directivo de la UBPC. Puso de ejemplo que no hay que temerle a la sequía, pues si uno se prepara con tiempo sembrando pastos y plantas proteicas, la masa no sufre y se pueden cumplir los planes, tanto en leche como en carne.
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