Plaza de la revolución

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miércoles, 8 de noviembre de 2017

Defender el periodismo que estremezca desde la cultura

Reinaldo Cedeño
Por Karina Sotomayor Otero

Santiago de Cuba, 8 nov.— El reto del periodismo cultural en Cuba debía ser el desayuno para todos los que nos unimos en esta batalla en ocasiones “quijotesca”. El tema, muy oportuno, es una suerte de espejo que se coloca y con todos los propósitos, ante los ojos de muchos de los hacedores de la información en este país y para el exterior.

Cuando se pone el tema sobre la mesa colectiva se destacan premisas como la que dicta el no confundir la labor del periodista a la de los promotores aunque en muchas ocasiones se  crucen los pasos, y sean ellos más que útiles en esta compleja tarea. Se dice que hay pocos atrevimientos y agresividad académicas a la hora de hacer periodismo.

Se destaca la necesidad de aguzar la mirada desde la crítica y el análisis si de procesos culturales se trata; se han de propiciar los espacios para definir las políticas de trabajo: un rumbo común. Es el momento de tachar las fórmulas facilistas de graficar o narrar los programas de los eventos, la idea no es “salir a las rápidas”, lo justo es, que sin construir realidades, se dé lo mejor desde lo real y la profesión.

El reconocido escritor y periodista Reinaldo Cedeño citó, en una de sus tantas entrevistas para los sitios digitales que “para algunas personas la cultura es entretenimiento cuando en realidad la cultura es en sí, estremecimiento”. Añade, “que se ha se jerarquizar, valorar, informar, y hacer común un acto de cualquier naturaleza artística al resto de las personas” y toda la razón le asiste al colega. En esto de hacer periodismo desde la cultura se va sin tino hasta los extremos.

Lo mismo se tiene una narración sin juicios añadidos que un discurso elitista, en muchas ocasiones poco entendido hasta para su autor; entonces se ve el enorme abismo que sufre la comunicación en manos de sus propios conocedores. Si hoy se habla de Periodismo Cultural en Cuba, ya sea desde las tintas o el audiovisual, se tiene que hablar y sin absolutismos, del Cedeño de Santiago de Cuba.

El incita a descubrir las vidas de los creadores a través de la pluma que luego se puede vestir o no, de las imágenes, igual tienen que motivar el imaginario de una ama de casa o un investigador. Nuestro autor subraya en cada diálogo, la importancia del estudio de audiencias, tan escaso en las investigaciones y en las rutinas productivas de las emisoras y telecentros.

La influencia del eventismo en la práctica del periodista que se mueve en el Sistema Cultural y el bajo nivel crítico de las propuestas, son dos de los tantos peligros de los que alerta Cedeño. Aun así se piensa y se lucha para que la Cultura estremezca en Cuba y otras geografías. En estos momentos, el escritor y periodista santiaguero está en Colima, México, defendiendo lo que un día se bautizó como el escudo de la nación cubana. 

Este santiaguero y cubano, es uno de los invitados de la Universidad de Colima al encuentro que sobre la Cultura y el Periodismo culminará el próximo 14 de noviembre. Entre colegas, estudiantes, directores de órganos de prensa, artistas e intelectuales, se recrean polémicas sobre la crónica en la actualidad, el diálogo de las subjetividades, el periodismo como parte y no como asistente y la identidad.

Este taller que sin proponérselo tiene ecos en Cuba a través del Noticiero Cultural tiene lugar en estos momentos, en la Pinacoteca Universitaria de Colima y se incluye como extensión del Festival de la Palabra en el que participan varios cubanos.

El imaginario de la Mayor de las Antillas se sostiene en valiosos nombres para hablar y Cedeño una vez más se ofrece. En Colima hoy se manosea el volumen “Poemas del lente” de su autoría, título que tiene en el bolsillo el Premio Loynaz y que salió con los honores de Puertabierta Editores, edición mexicana de excelencia. El autor discursó sobre el cine y la literatura, desde la poesía que provoca la cinematografía cubana y universal.

Entonces la interrogante de las primeras líneas trasciende más allá de ser un tema para una semana ni exclusivo de un programa. Quizás se salve de ser en ocasiones una batalla para quijotes lúcidos como dijera Fidel, entonces esté más cerca la necesidad que el ser periodista se estremezca y conmueva en Cuba o en cualquier lugar al que necesite de la Cultura. Esperemos las conclusiones del Cedeño de Santiago de Cuba.

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