Santiago de Cuba, 6 ago.— Una ofrenda floral en la tumba familiar donde descansa Doña Rosario García, madre de los jóvenes revolucionarios Frank y Josué País, fue depositada en el cementerio Santa Ifigenia, de esta ciudad, a 40 años de su deceso.
Poco después, se develó una tarja en la
casa de calle Rabí número 28, que la cobijó luego del asesinato de sus
hijos por la dictadura batistiana en 1957 hasta el cinco de agosto de
1977.
"Desde este lugar desplegó una labor comunitaria con los niños y jóvenes", se puede leer en la fachada de la humilde vivienda con vista al mar, en la barriada de El Tivolí.
Yuleydis Vega, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas en la provincia, y Odalys Marqués, directora del Complejo Histórico Lucha Clandestina-Frank País, dejaron al descubierto la placa que identifica el valor histórico del lugar.
Meibi Riquenes, especialista de la Casa Museo Frank País, dijo que Doña Rosario, como cariñosamente la llamaban, crió a sus hijos con principios evangélicos y patrióticos, poniendo todo su amor y sabiduría para prepararlos en la vida ante la pérdida del padre, el Reverendo Francisco País, siendo niños.
De esa madre, recordó su firme personalidad, carácter recto, nobleza, cariño y amabilidad, al tiempo que tenía un gusto especial por la música, el cual puso de manifiesto en su hogar, ejecutando en el piano bellas piezas.
Destacó que al conocer los anhelos de libertad de sus hijos, los animó, aconsejó y ayudó, y al caer presos en la cárcel de Boniato, en sus visitas, los exhortaba a mantenerse firmes.
Después del Primero de Enero de 1959, señaló, Doña Rosario fue muy activa en las organizaciones de masas de su comunidad y prestó especial atención a la formación de las nuevas generaciones, ya que en ellas veía multiplicados a Frank y Josué País, caídos con 22 y 19 años, respectivamente.
Evocó que en la casita de San Carlos recibió importantes visitas, entre esas las del Comandante en Jefe Fidel Castro, el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, Armando Hart, Haydeé Santamaría y muchas otras.
En la edición del 26 de julio de 1962 del periódico Revolución, puntualizó, aparecen las fotografías de ese momento junto a Fidel y las palabras del líder histórico: Es una madre espartana, con un amor infinito por la Revolución, por la que sus hijos Frank y Josué derramaron su sangre.
Cerró el homenaje a Doña Rosario la interpretación de la pieza Elegía, por el guitarrista concertista Aquiles Jorge.
"Desde este lugar desplegó una labor comunitaria con los niños y jóvenes", se puede leer en la fachada de la humilde vivienda con vista al mar, en la barriada de El Tivolí.
Yuleydis Vega, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas en la provincia, y Odalys Marqués, directora del Complejo Histórico Lucha Clandestina-Frank País, dejaron al descubierto la placa que identifica el valor histórico del lugar.
Meibi Riquenes, especialista de la Casa Museo Frank País, dijo que Doña Rosario, como cariñosamente la llamaban, crió a sus hijos con principios evangélicos y patrióticos, poniendo todo su amor y sabiduría para prepararlos en la vida ante la pérdida del padre, el Reverendo Francisco País, siendo niños.
De esa madre, recordó su firme personalidad, carácter recto, nobleza, cariño y amabilidad, al tiempo que tenía un gusto especial por la música, el cual puso de manifiesto en su hogar, ejecutando en el piano bellas piezas.
Destacó que al conocer los anhelos de libertad de sus hijos, los animó, aconsejó y ayudó, y al caer presos en la cárcel de Boniato, en sus visitas, los exhortaba a mantenerse firmes.
Después del Primero de Enero de 1959, señaló, Doña Rosario fue muy activa en las organizaciones de masas de su comunidad y prestó especial atención a la formación de las nuevas generaciones, ya que en ellas veía multiplicados a Frank y Josué País, caídos con 22 y 19 años, respectivamente.
Evocó que en la casita de San Carlos recibió importantes visitas, entre esas las del Comandante en Jefe Fidel Castro, el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, Armando Hart, Haydeé Santamaría y muchas otras.
En la edición del 26 de julio de 1962 del periódico Revolución, puntualizó, aparecen las fotografías de ese momento junto a Fidel y las palabras del líder histórico: Es una madre espartana, con un amor infinito por la Revolución, por la que sus hijos Frank y Josué derramaron su sangre.
Cerró el homenaje a Doña Rosario la interpretación de la pieza Elegía, por el guitarrista concertista Aquiles Jorge.
No hay comentarios:
Publicar un comentario