Santiago de Cuba, 17 jun.— Vilma Espín Guillois es una de las grandes mujeres de la historia de la Revolución. Dedicó su vida a luchar por la dignidad, la emancipación, la justicia y la igualdad social.
Perteneció a una generación que
rechazaba la politiquería y los ideales martianos. Se pronunció en
contra del golpe militar del 10 de marzo de 1952.
Aquilató en ella su certeza de entregar todo por convicciones patrióticas, incluso hasta la vida. Se entregó a la lucha clandestina y junto a Frank País, líder del movimiento 26 de julio, encabezó los preparativos para el levantamiento armado de Santiago de Cuba, el 30 de noviembre de 1956. En la sierra y el llano se hizo sentir. Imprescindible fue para el fortalecimiento y apoyo a la lucha.
Vilma es paradigma de mujer cubana. Inspira a generaciones de féminas que hoy sostienen el desarrollo del país en sectores como la educación, salud, cargos de dirección y oficios no tradicionales.
A diez años de su partida, sigue latente su ejemplo, como expresara Fidel, más necesario que nunca.
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