Por Armando Fernández MartíSantiago de Cuba, 1 may.— Cuando hoy Primero de Mayo millones de cubanos desfilen por las principales plazas y avenidas de todo el país festejando el Día Internacional de la Clase Obrera se cumplirán 125 años de que en Cuba se celebrara por primera vez esa efemérides proletaria.
Cuba fue uno de los primeros países del
mundo en celebrar el Primero de Mayo en 1890, todavía bajo el régimen
colonial español, con un desfile de unas 3 mil personas convocadas por
el anarquista Círculo de Trabajadores de La Habana, que recorrió varias
calles de la capital.
De esa forma, el incipiente proletariado cubano cumplía un acuerdo adoptado un año antes por la Segunda Internacional, efectuada en Paris. La propuesta para celebrar el Primero de Mayo como Día Internacional de los Trabajadores, había surgido en Estados Unidos, donde en esa fecha, pero de 1886, ocurrieron los hechos por los cuales fueron juzgados y condenados a muerte los ocho mártires de Chicago.
Después de esa celebración pública en 1890, las demás conmemoraciones del Primero de Mayo en Cuba tuvieron que efectuarse en locales cerrados porque fueron prohibidas por los gobernantes españoles, reanudándose los desfiles después de terminada la primera intervención norteamericana y reinstaurada la República en 1902.
A partir de entonces, las conmemoraciones comenzaron a tener mayor significación como las de 1918 y 1919 donde se patentizaron el apoyo al nuevo estado soviético dirigido por Vladimir Ilich Lenin y a la Revolución Bolchevique.
Muy importantes fueron las celebraciones del Primero de Mayo en la década del 20, caracterizadas por huelgas y actos para denunciar la explotación de la clase obrera por los gobiernos de turno, incluso a partir de 1939, dirigida por la Confederación de Trabajadores de Cuba, encabezada por Lázaro Peña, tuvieron lugar grandes desfiles y las manifestaciones ganaron en profundidad y extensión a todo el territorio nacional.
Sin embargo, no fue hasta el Primero de Mayo de 1959 que la clase obrera cubana a la que se le unió todo el pueblo, pudo celebrar con carácter verdaderamente efectivo el Día Internacional de Proletariado, no para exigir reivindicaciones sino para manifestar su adhesión al proceso revolucionario triunfante en ese mismo año.
Así sucedió también en Santiago de Cuba el Primero de Mayo de 1959, donde la explanada de Trocha y Carretera del Morro vistió sus mejores galas para que desfilaran los combativos trabajadores santiagueros en representación de toda la provincia de Oriente y que contó con la participación del Comandante Ernesto Che Guevara quien hizo el resumen del histórico acto.
De esa forma, el incipiente proletariado cubano cumplía un acuerdo adoptado un año antes por la Segunda Internacional, efectuada en Paris. La propuesta para celebrar el Primero de Mayo como Día Internacional de los Trabajadores, había surgido en Estados Unidos, donde en esa fecha, pero de 1886, ocurrieron los hechos por los cuales fueron juzgados y condenados a muerte los ocho mártires de Chicago.
Después de esa celebración pública en 1890, las demás conmemoraciones del Primero de Mayo en Cuba tuvieron que efectuarse en locales cerrados porque fueron prohibidas por los gobernantes españoles, reanudándose los desfiles después de terminada la primera intervención norteamericana y reinstaurada la República en 1902.
A partir de entonces, las conmemoraciones comenzaron a tener mayor significación como las de 1918 y 1919 donde se patentizaron el apoyo al nuevo estado soviético dirigido por Vladimir Ilich Lenin y a la Revolución Bolchevique.
Muy importantes fueron las celebraciones del Primero de Mayo en la década del 20, caracterizadas por huelgas y actos para denunciar la explotación de la clase obrera por los gobiernos de turno, incluso a partir de 1939, dirigida por la Confederación de Trabajadores de Cuba, encabezada por Lázaro Peña, tuvieron lugar grandes desfiles y las manifestaciones ganaron en profundidad y extensión a todo el territorio nacional.
Sin embargo, no fue hasta el Primero de Mayo de 1959 que la clase obrera cubana a la que se le unió todo el pueblo, pudo celebrar con carácter verdaderamente efectivo el Día Internacional de Proletariado, no para exigir reivindicaciones sino para manifestar su adhesión al proceso revolucionario triunfante en ese mismo año.
Así sucedió también en Santiago de Cuba el Primero de Mayo de 1959, donde la explanada de Trocha y Carretera del Morro vistió sus mejores galas para que desfilaran los combativos trabajadores santiagueros en representación de toda la provincia de Oriente y que contó con la participación del Comandante Ernesto Che Guevara quien hizo el resumen del histórico acto.
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