Plaza de la revolución

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miércoles, 6 de agosto de 2014

La cultura en la República neocolonial (I)


La cultura en la República neocolonial (I)Por Yulia Nela González Bazán

Santiago de Cuba, 6 ago.— Nace el siglo XX en Cuba trayendo la frustración para el pensamiento más progresista de la época. En 1898 se lastran las aspiraciones martianas de una República con todos y para el bien de todos, donde la ley primera fuera el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre. Las medidas de la primera intervención, el control norteamericano de las tierras, las concesiones, el monocultivo y la monoproducción, propiciaron que se fueran cerrando sobre la garganta de la nación, las garras del ave de rapiña imperialista.

La Asamblea Constituyente de 1900 y el documento adoptado como Constitución en 1901, fueron condicionados por la presencia injerencista extranjera que permitió, con el endosamiento obligatorio de la Enmienda Platt, la legalización del sometimiento neocolonial y la pérdida de la soberanía, a pesar de nuestros símbolos nacionales.

Múltiples fueron los tratados y enmiendas que aumentaron la dependencia de nuestro país, implementados siempre por gobiernos entreguistas que propiciaron la corrupción administrativa y política, lo que contribuyó a que proliferaran las condiciones de escaso y desigual desarrollo legados por la colonia, que nos convirtieron en una neocolonia de irrisorio  progreso económico y social.

En el plano ideológico, la frustración de la independencia, más que el desencanto y la desesperanza, trae como consecuencia la confirmación de los ideales revolucionarios y de identidad nacional en la figura de Juan Gualberto Gómez, Manuel Sanguily, Salvador Cisneros Betancourt y Enrique José Varona, entre otros. Inclusive, se engendra un despertar en la aletargada conciencia proletaria y se producen manifestaciones sociales que asisten el nacimiento de figuras representativas, órganos de prensa y organizaciones políticas que intentan aunar criterios en función de los más puros intereses de la nación.

En este marco, y exacerbado por la difícil situación de las capas populares: obreros, campesinos, trabajadores agrícolas, negros; y por la repercusión en la sociedad cubana de la I Guerra Mundial y la Revolución Socialista de Octubre, se desperezan las manifestaciones culturales en nuestro país en la coyuntura de la nueva contradicción creada: cultura nacional popular versus cultura colonizada. En este marco, cada manifestación cultural adquiere una función social.

Espere en próximos artículos detalles sobre el desarrollo del ensayo, la oratoria y el periodismo así como de la pintura, el teatro y la música en diferentes periodos de la república neocolonial.

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