Plaza de la revolución

Plaza de la revolución
Plaza de la revolución

viernes, 14 de diciembre de 2018

Por defender las ideas de todos los que han muerto

Por Lourdes Palau Vázquez

Santiago de Cuba, 14 dic.— Duele tanto hablar de la muerte de aquellos jóvenes asaltantes que un día como hoy en que Raúl Gómez García el poeta del Moncada como algunos le llaman cumpliría años, prefiero hablar de la vida, de su poesía, de aquellos versos salidos del corazón ardoroso con solo entonces 25 primaveras.

Prefiero comentar en este sitio que en su honor se escogió la fecha de su natalicio para celebrar el día del trabajador de la cultura al que pertenecemos un ejército que se honra con su ejemplo y que cada día hace versos, banderas, pinturas, escribe, hace canciones, obras diversas bajo la libertad que forjaron él y sus compañeros bisoños que lo dejaron todo, la novia, la madre y fueron en pos de un compromiso mayor, la Patria.

Y que sentiría aquel muchacho cuando Fidel le pide que redacte un manifiesto para identificarse con el pueblo cubano días antes del asalto.

Quizás su condición de maestro mucho le ayudó porque dejó claro en aquellas cuartillas asuntos esenciales hasta hoy. Se exalta el papel de la juventud cubana, alzándose en rebeldía, se declara la Revolución como “frente meditado de un empeño”, arrancando de una vez y para siempre todas las ataduras a un pasado corrupto y todos los mitos que tenían a la isla sumida en la tristeza.

Se puntualiza el respeto a la integridad de los ciudadanos libres, se declara el respeto hacia los obreros y estudiantes, hacia la Constitución de 1940, se reconoce como única bandera a la tricolor de la Estrella Solitaria y como Himno al que nos enseña que Morir por la Patria es vivir.

Tenía entonces Raúl Gómez solo 25 años y no solo cumplía la orden de su jefe Fidel Castro, daba una clase magistral a los hombres y mujeres dignos de toda Cuba.

También nos dejó aquellos versos el poeta del centenario que hoy a 90 años de su natalicio estremecen y comprometen como si la tinta fuera aun fresca

Por defender la idea de todos los que han muerto.
Para arrojar a los malos del histórico Templo
Por el heroico gesto de Maceo,
Por la dulce memoria de Martí.
En nuestra sangre hierve el hado azaroso
De las generaciones que todo lo brindaron,
En nuestros brazos se alzan los sueños clamorosos
Que vibran en el alma superior del cubano
Ya estamos en combate…                        

No hay comentarios:

Publicar un comentario