Santiago de Cuba, 4 ago.— Mucho se ha logrado en embellecer la capital del Caribe. Sin embargo la ciudad de Santiago de Cuba aún sufre la mancha de la irresponsabilidad. Algunas personas, sin escrúpulos, contra todo civismo, vierten desechos en las calles, convirtiendo este en un problema que afecta a todos.
En la esquina de Santo Tomás entre Princesa y San Fernando por ejemplo, es habitual que numerosos sacos de basura y desperdicios del hogar se acumulen junto a una señal del tránsito, cercanos a la puerta de una vecina. “Por aquí sí pasan los trabajadores de Comunales limpiando, esto es indisciplina de la población. Por eso es que hay tantos vectores que generan enfermedades sin necesidad”, expresó Julia Ferrer Laporte.
Frente a la tienda de abastecimientos a la población “El Principio, ubicada en Calvario, se acumulan numerosos remanentes del hogar y de la construcción. Jorge García Chacón vecino de allí comenta: “esto lleva meses así, independientemente de que los vecinos reclamamos que no echen el escombro ahí, la gente no respeta: es una lucha constante”. Gladis García Artole agregó: “esta situación no puede continuar, hay que multar a las personas que hacen eso”.
También en Calvario, esquina San Francisco se alternan trastos, botellas, ropa, y sacos. Alciviades Montoya Gutiérrez, trabajador de Comunales comenta mientras su brigada procede al saneamiento del lugar con el auxilio de las palas y un camión: “Tenemos que hacer esto todos los días, incluso cuando llueve y a nadie le molesta el churre, a nadie le duele.”
El zanjón de Carretera del Morro entre 19 y 21, atestigua que aun cuando se limpie, si se ensucia es como si nada se hubiese hecho. También pueden colocarse carteles alertando de las multas, pero si no se aplican con la implicación de la comunidad, estos se vuelven letras muertas.
Otros de los puntos que se han convertido en usuales vertederos de los moradores, son Sueño entre I y 5ta, detrás del combinado deportivo Antonio Maceo y Reloj esquina a Trocha, una cuadra más arriba del Hospital Infantil Sur “La Colonia”. Podría pensarse: ¿Por qué no colocar latones de basura en lugares como estos?
La respuesta de Eglis Gil Martínez, Jefe de Higiene del Distrito 2 es contundente: “Cerca de la Colonia, en Reloj esquina a Trocha, se ubicaron dos contenedores verdes y los dos se lo robaron. Cerca de allí, en Santa Rosa esquina Trocha se pusieron dos y se robaron uno.”
Es cierto que los desechos no se tragan, en algún lugar hay que ponerlos, como dicen algunos pero tampoco se desaparecen por arte de magia. Se trata de seguir creando las condiciones materiales para que los vecinos viertan su basura y esta sea recogida en tiempo, tanto en los lugares céntricos como en los periféricos. Pero todo esfuerzo será insuficiente si no se alcanza una cultura de la higiene tal que revierta la situación.
Se necesita hacer cuestión de moral ser señalado por conductas como estas, que la ley sea implacable con los infractores, y prolifere una actitud combativa entre los vecinos.
Existen buenas razones para poner manos a la obra, las características tropicales de nuestro clima que agudizan las afectaciones a la salud derivadas de estos comportamientos. Eso sin contar cuanto afecta el ornato público de una urbe que se empeña en ser mejor cada día. Solo la conciencia y participación de todos, podrá hacer de esta una ciudad más bella, higiénica y disciplinada, como pidiera el General de Ejército Raúl Castro Ruz.
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