Plaza de la revolución

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jueves, 9 de agosto de 2018

El Che en Punta del Este

Por Dra. Ana Teresa Badía Valdés

La Habana, 9 ago.— En agosto de 1961 se desarrolló la Conferencia del Consejo Interamericano Económico y Social (CIES) de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Punta del Este, Uruguay. De gran interés resultó la participación del Comandante Ernesto Che Guevara, entonces ministro de Industria, al frente de la delegación cubana.

El líder de la Revolución Fidel Castro le había indicado al Che la realización de varias giras internacionales con los objetivos de dar a conocer el proceso revolucionario y de encontrar nuevos mercados económicos.

El recibimiento al Che en el aeropuerto Carrasco, de la capital Montevideo, fue una revolucionaria demostración bajo las consignas: "Cuba sí, yankis no" y “Llegó Guevara, la cosa se pone brava". También la multitud cantaba la histórica Marcha del 26 de Julio.

Ya en la sesión de Punta del Este, con voz clara y pausada, el Che citó a José Enrique Rodó y al Héroe Nacional cubano José Martí. Además defendió muy válidas argumentaciones acerca de temas económicos. Destacó índices del crecimiento del mayor archipiélago de las Antillas y sostuvo que con la reforma agraria se había expropiado al latifundio.

Explicó también el fracaso de la invasión por Playa Girón. Y, al finalizar su discurso, parte del auditorio se puso de pie y lo aplaudió.

Cuando el Che concluía su alocución, Leonel Brizola -segundo jefe de la delegación brasileña- cruzó la sala para felicitarlo. También el economista argentino Raúl Prebisch, que era el secretario general de la Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas, contactó con Ricardo Rojo para solicitarle una entrevista con Guevara, que se llevó a cabo en ese contexto.

Por aquella época, incluso la prensa de Estados Unidos tuvo que reconocer la brillantez de la exposición del Che al decir que combinaba la calma y la ironía con la dialéctica socialista, con un sentido del humor que llegaba a desarmar.

Varias horas más tarde de su discurso, Ernesto Guevara acudió a una conferencia de prensa, de la cual el escritor uruguayo Eduardo Galeano, entonces reportero, escribiría:

“El Che Guevara se las arregló para responder a mil preguntas: un enjambre de periodistas lo acribilló sin piedad, y el Che tuvo ocasión de demostrar su habilidad política. Sin etapas tuvo que saltar de los problemas del desarrollo económico a la admisión de Canadá dentro de la OEA; de ahí a las relaciones de Cuba con los países del Este y al asunto ese del aeroplano de la Pan American que había sido secuestrado ese mismo día. No sólo eso; también tuvo que soportar impertinencias, estupideces; se las ingenió para tomar el toro por los cuernos cuando era preciso hacerlo, ejerció su ironía a costa de más de un periodista. Un hombre con acento inglés dijo: “Yo soy periodista británico, ¿estamos en guerra o no estamos en guerra?”. “No parece británico”, le respondió el Che. Después, con indignación visible, explicó a Milton Fontaina, de Saeta TV: “Yo no tengo ex patrias. Sepa, señor, que mi patria es mucho más grande que la suya. América es mi patria”.

Algunas de las ideas más destacadas del discurso

•A Martí con Martí, pero con el Martí antiimperialista y antifeudal, que murió de cara a las balas españolas luchando por la libertad de su patria y tratando de impedir, con la libertad de Cuba, que los Estados Unidos cayeran sobre la América Latina, como escribiera en una de sus últimas cartas.

•Tengo que decir que Cuba interpreta que esta es una Conferencia política, que Cuba no admite que se separe la economía de la política y que entiende que marchan constantemente juntas.

•Cuba, en este momento, no puede ni siquiera hablar de América solamente. Cuba es parte de un mundo que está en tensión angustiada, porque no sabe si una de las partes -la más débil, pero la más agresiva- cometerá el torpe error de desencadenar un conflicto que, necesariamente, sería atómico.

•Es una revolución que ha reafirmado la soberanía nacional y, por primera vez, ha planteado para sí y para todos los pueblos de América, y para todos los pueblos del mundo, la reivindicación de los territorios injustamente ocupados por otras potencias.

•Llamamos Islas Malvinas, y no Falkland, a las del sur de la Argentina, y llamamos Isla del Cisne a la que Estados Unidos arrebató a Honduras y desde donde nos está agrediendo por medios telegráficos y radiales.

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