Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 7 ago.— Hace 60 años, el 7 de agosto de 1958, en un parte de guerra leído a través de la emisora Radio Rebelde por el Comandante en Jefe Fidel Castro anunciaba la derrota de la ofensiva general de verano lanzada por la dictadura batistiana contra la Sierra Maestra a partir del 24 de mayo de ese año, con el empleo de más de 10 mil efectivos dotados de los más modernos medios militares suministrados por Estados Unidos.
En la víspera, el 6 de agosto, tropas rebeldes al mando del Comandante en Jefe Ernesto Che Guevara habían desalojado de la localidad de Las Mercedes los restos del Batallón 17 del ejército de la tiranía, obligándolo a huir hacia el llano, por lo que la Sierra Maestra se convirtió a partir de ese momento en territorio libre de Cuba, bajo el control absoluto del Ejército Rebelde.
Para la ofensiva general de verano, denominada también Fin de Fidel, el ejército batistiano envió a la Sierra Maestra más de 10 mil soldados, agrupados en 14 batallones y nueve compañías, además de otras unidades adicionales de tanques, artillería terrestre e infantería, apoyadas todas por la aviación y unidades navales de la dictadura.
Durante los 76 días que transcurrieron entre el 24 de mayo y el 6 de agosto de 1958, se produjeron en la Sierra Maestra, de norte a sur y de este a oeste, más de 30 combates de importancia y seis batallas de envergadura, entre ellas la del Jigüe, donde fueron derrotados dos batallones élites de la dictadura, integrados por unos 700 soldados y oficiales.
Durante los dos meses y medio de duro batallar en la Sierra Maestra, el ejército batistiano perdió más de mil hombres entre muertos, heridos, prisioneros y desertores, mientras que las fuerzas rebeldes, integradas solo por poco más de 150 combatientes, tuvieron 27 muertos, entre ellos, el Comandante René Ramos Latour y los capitanes Ramón Paz y Andrés Cuevas, ascendidos póstumamente a Comandantes. El número de heridos alcanzó el medio centenar.
Con la derrota de esta ofensiva de verano de la tiranía batistiana contra la Sierra Maestra, el Ejército Rebelde, pasó a la contraofensiva, aumentó sus filas en unos 900 combatientes e inició la extensión de la guerra por el resto del territorio oriental, mientras que dos columnas al mando de Camilo y Che, iniciaron a fines de agosto la invasión a Las Villas y al occidente del país. Comenzaba así el principio del fin de la tiranía de Fulgencio Batista.
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