Plaza de la revolución

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viernes, 2 de diciembre de 2016

Evocan científicos santiagueros pensamiento de Fidel Castro

Por Esperanza Castellanos Cabrejas

Santiago de Cuba, 2 dic.— “Este esfuerzo que se está haciendo con los magnetizadores es impresionante, y se reflejaron de una manera clara sus posibilidades y las líneas que tenemos que seguir en este camino, lo que se ha hecho en materia de recuperación de piezas y lo que puede hacerse; lo que hay que hacer en materia de mantenimiento con relación a todos esos equipos o fábricas que se paran”.

Con esta frase nuestro Comandante Fidel convocó a científicos e investigadores santiagueros a hacer Ciencia con Revolución, en el VI Fórum  de Ciencia y Técnica en 1991.

Año más tarde, el  16 de enero de 1992, surge el Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado. Veinticinco años de intensa labor investigativa con resultados excelentes dentro y fuera del país, exalta el pensamiento de un hombre de ciencia y todavía los impulsa a seguir  adelante.

Mónica Rosario Berenguer, investigadora y fundadora del CENEA, recuerda sus gestos e ideas con lágrimas en los  ojos pero con la seguridad de mantener vivo el pensamiento del amigo de su padre, del inconfundible barbudo de quien su padre, Aristides, desde niña, le dejó  el grato recuerdo de su amistad.

“Mi padre siempre rememora las visitas de Fidel a Santiago de Cuba, y las llegadas inesperadas en la noche a la textilera Celia Sánchez Manduley, donde iniciaron los primeros proyectos nuestros. Eran horas interminables de conversación.

Fidel quería saber hasta el mínimo detalle de las investigaciones que comenzaba a desarrollar el CENEA. Por eso yo crecí con sus  ideas y hoy siento su esencia en cada resultado que logramos dentro y fuera del país. Nos corresponde ahora hacer Ciencia con Revolución”,

Con profunda emoción, fundadores y especialistas de este centro junto a glorias del deporte santiaguero también  evocaron la presencia del líder histórico en la obra revolucionaria y humana.

“Fidel fue mi amigo. Alguien muy querido y especial para mí y para todos los cubanos”.  Así lo recordó Orestes Kindelan en una  visita al CENEA  donde el intercambio de historias y momentos vividos con Fidel hizo brotar las emociones de los allí presentes.

Fotos, anécdotas y pasajes de la historia revolucionaria se convirtieron en más de dos horas donde Fidel eran todos. 

Un silencio ocupó finalmente el momento. Científicos santiagueros mantienen sus caballos para marchar a su lado en el largo camino de esta obra que nos convoca a todos. 

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