Plaza de la revolución

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miércoles, 19 de octubre de 2016

Amor con amor se paga, dice santiaguero desde Guantánamo

 Por Gretchen Gómez González/Foto ACN

Santiago de Cuba, 19 oct.— Varios días lejos de la comodidad de su casa, lleva Frank David Cobas Meriño, uno de los 260 santiagueros que como eléctricos, constructores y comunicadores partieron hacia Guantánamo al día siguiente del paso del huracán Matthew por ese oriental territorio.

En contacto por medio de la telefonía celular, restablecida en tiempo récord en esa provincia, se pudo comprobar que la misión para apoyar la recuperación de los severos daños va “viento en popa”, como él asegura, y su espíritu sigue siendo el mismo que al momento de su salida, el cinco de octubre.
   
Aquel día, durante el acto de abanderamiento de esa fuerza,  en Santiago de Cuba, expresó a la ACN que lo motivaba la posibilidad de ayudar, pues por televisión vio cómo quedaron varias localidades de Guantánamo y sintió que necesitaban el respaldo de toda Cuba para volver a la normalidad. 
 
También lo siento como un deber, ya que cuando el huracán Sandy azotó la tierra santiaguera, en octubre de 2012, muchas personas de todo el país nos auxiliaron, incluso algunos beneficiaron mi propio barrio, agregó.
  
Entonces se hizo eco de las palabras Lázaro Expósito Canto, Presidente del Consejo de Defensa Provincial en la indómita Santiago, en el momento de la despedida: amor con amor se paga.
  
La función de Frank David, como jefe de Seguridad y Protección, es cuidar física y espiritualmente a los trabajadores de las ocho brigadas de linieros que intervienen con seis carros de servicio, pero no deja de afectarle lo difícil del momento que atraviesan.
  
El destrozo es mucho, más de lo que pensé, y duele ver esta realidad, pero las personas están optimistas y nos esforzamos para, en el menor plazo posible, restablecer los servicios eléctricos, aseguró ahora desde tierras guantanameras.
  
Ya habían restablecido numerosos postes en el poblado El Loro, y  la electricidad en la comunidad La Máquina, en el centro de Maisí, manifestó.
  
Matthew dejó otra huella de ciclones en este joven de apenas 26 años, quien  acumula una gran experiencia lidiando con esos fenómenos meteorológicos,  pues en 2008 intervino en Pinar del Río como liniero durante 45 días, y en 2011 permaneció otros 11 en Matanzas.
  
Cuando “Sandy”  afectó a Santiago de Cuba, Frank David fue de los primeros en incorporarse a trabajar, aun con su casa destruida.
  
Todavía sufre en carne propia parte de los daños, pero eso no le impidió alistarse esta vez, como tantas veces sean necesarias, ratifica, porque, recuerda vía celular: amor con amor se paga.    

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