Plaza de la revolución

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sábado, 4 de julio de 2015

Desde los primeros años de vida la educación en Cuba es inclusiva


Por Caridaad Franco Vega

Santiago de Cuba, 4 jul.— Gabriela es una niña de apenas 4 años, que asiste cada día  a su círculo y aprende con una facilidad sorprendente. Ella padece una sordera severa, la pequeña ha desarrollado la lectura labiofacial, hoy es muy avanzada su comprensión y su expresión oral es muy clara totalmente entendible.

Ella pertenece al  Círculo Infantil Bebé de Santiago de Cuba que sobresale entre los cerca de 80 existentes en la provincia por la labor educativa que realiza.

Este centro se especializa en la atención a infantes sordos e hipoacúsicos. De la matricula total (48), 10 tienen este padecimiento y 38 trastornos del lenguaje.

La instalación cuenta con un personal capacitado de especialistas: docentes, terapeutas, logopeda y sicopedágoga.

Además de instructoras de arte para la música y la enseñanza de la plástica.

Sobresale dentro del personal docente la seño Surima Rivera, sorda que ha logrado licenciarse y ser ya master en ciencias de la educación. Hoy se distingue entre las mejores educadoras pues se relaciona perfectamente con los niños y el proceso de aprendizaje fluye muy bien.

En Bebé se desarrollan las mismas actividades que en los círculos de oyentes se realizan los ejercicios al aire libre, los juegos de roles, las actividades para el desarrollo del lenguaje, la educación artística y estética, que comprende la plástica y la música, forman parte de la enseñanza.

Lo que lo diferencia del resto de este tipo de institución es el tratamiento dirigido a la corrección del defecto teniendo en cuenta las discapacidades de cada niño.

Este círculo favorece no sólo a las madres trabajadoras si no a todas aquellas que sus pequeños son diagnosticados con algunas de estas discapacidades.

En Bebé se cursa hasta el 5 año de vida es un círculo de tránsito, una vez que los niños se compensan o erradican sus trastornos vuelven a su círculo de procedencia y los que no se incorporan a la enseñanza especial.

Sólo el amor y la dedicación de sus educadoras con el apoyo de la familia logran verdaderos milagros en el aprendizaje de los pequeños.

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