Texto y Foto Eduardo Palomares Calderón
Santiago de Cuba, 8 jul.— La “obra” más
anhelada del grupo de teatro Estudio Macubá, acaba de convertirse en
realidad con la puesta en funcionamiento del café-teatro que, dedicado
al aniversario 62 de la gesta del Moncada y los 500 años de la otrora
villa santiaguera, sirve ya de sede al reconocido colectivo.
Para su directora y actriz Fátima Patterson Patterson, se trata de un regalo jamás soñado, toda vez que tras más de dos años de una reconstrucción capital, lo que fueran las ruinas del cine Florencia, quedó transformado en una moderna y funcional sala ubicada muy próxima al céntrico parque Céspedes.
Mediante un proyecto del arquitecto Frank Luján y el artista Carlos René Aguilera, se partió de las paredes que aún conservaba en pie el local, para dotarlo de cubierta, cielo raso, de un escenario de 120 metros cuadrados y 60 centímetros de altura.
Con capacidad para 120 personas, la sala principal posee diferentes niveles en su piso, que brindan al espectador una magnífica visibilidad sentados a las mesas, al igual que quienes prefieren la planta alta, donde, acorde con la condición de café-teatro, pueden consumir comidas y bebidas tradicionales.
Dotada de equipos de climatización, modernas luces led y tecnología de punta en el audio, en el decorado se aprecian pinturas de Carlos René. Entre otros compartimentos, la planta alta cuenta además con una salita de 30 butacas, donde pueden ofrecerse conferencias de prensa, espectáculos teatrales de pequeño formato y proyecciones en 3D.
“Nuestro grupo siempre ha estado muy vinculado a la ciudad y su historia, con un repertorio basado en la cultura tradicional popular. Por ello, nos llena de orgullo la relación con estas celebraciones”, destacó Fátima.
Para su directora y actriz Fátima Patterson Patterson, se trata de un regalo jamás soñado, toda vez que tras más de dos años de una reconstrucción capital, lo que fueran las ruinas del cine Florencia, quedó transformado en una moderna y funcional sala ubicada muy próxima al céntrico parque Céspedes.
Mediante un proyecto del arquitecto Frank Luján y el artista Carlos René Aguilera, se partió de las paredes que aún conservaba en pie el local, para dotarlo de cubierta, cielo raso, de un escenario de 120 metros cuadrados y 60 centímetros de altura.
Con capacidad para 120 personas, la sala principal posee diferentes niveles en su piso, que brindan al espectador una magnífica visibilidad sentados a las mesas, al igual que quienes prefieren la planta alta, donde, acorde con la condición de café-teatro, pueden consumir comidas y bebidas tradicionales.
Dotada de equipos de climatización, modernas luces led y tecnología de punta en el audio, en el decorado se aprecian pinturas de Carlos René. Entre otros compartimentos, la planta alta cuenta además con una salita de 30 butacas, donde pueden ofrecerse conferencias de prensa, espectáculos teatrales de pequeño formato y proyecciones en 3D.
“Nuestro grupo siempre ha estado muy vinculado a la ciudad y su historia, con un repertorio basado en la cultura tradicional popular. Por ello, nos llena de orgullo la relación con estas celebraciones”, destacó Fátima.
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