Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 25 abr.— “Tu cadáver pequeño de Capitán valiente / ha extendido en lo inmenso su metálica forma”. Estos versos de Pablo Neruda fueron evocados por el Che el 25 de abril de 1967, al anotar en su diario de campaña en Bolivia la muerte en combate del Eliseo Reyes Rodríguez, el Capitán San Luis.
Santiago de Cuba, 25 abr.— “Tu cadáver pequeño de Capitán valiente / ha extendido en lo inmenso su metálica forma”. Estos versos de Pablo Neruda fueron evocados por el Che el 25 de abril de 1967, al anotar en su diario de campaña en Bolivia la muerte en combate del Eliseo Reyes Rodríguez, el Capitán San Luis.
Según los que conocieron por entonces a Eliseo Reyes, llamado San Luis por ser oriundo de ese poblado oriental, el muchacho por su físico, era delgado y bajito, parecía no iba a resistir la rudeza de la vida en la guerrilla, pero superó todos los obstáculos e incluso, cumplió como ningún otro el papel de mensajero de Fidel y el Che entre la Sierra Maestra y a guerrilla urbana de Santiago de Cuba.
San Luis marchó con el Che a la invasión de Las Villas y se destacó en numerosos combates, sobre todo en las zonas de Sancti Spíritus y Trinidad, donde alcanzó el grado de Capitán. Tras el triunfo desempeñó importantes misiones, entre ellas la de Jefe de Ministerio del Interior en la provincia de Pinar del Río, cargo que ocupó durante tres años eficientemente.
Eliseo Reyes Rodríguez era de carácter respetuoso, valiente, disciplinado y voluntarioso, condiciones por las que el Che lo escogió para integrar su destacamento internacionalista en Bolivia, donde ocupó la responsabilidad de Comisario Político de los cubanos, con las perspectivas de ser nombrado como jefe de un segundo frente de haber cristalizado la epopeya.
En la mañana del 25 de abril de 1967 Eliseo Reyes, el Rolando de la guerrilla boliviana, en un combate cara a cara con el enemigo, en la Finca E Mesón, entre Ticucha y el río Iquira, una bala le traspasó la arteria femoral destrozándole una pierna por donde se desangró, a pesar de los esfuerzos del médico y del propio Che, que lo intervinieron quirúrgicamente. Al mediodía murió, dos días antes de cumplir 27 años de edad.
Esa fecha fue un día negro para el Che y demás integrantes de la guerrilla boliviana. El cadáver pequeño de Capitán valiente de Eliseo Reyes Rodríguez fue enterrado sobre las tres de la tarde, bajo una débil capa de tierra. Sus restos reposan hoy 48 años después en el Memorial al Che en Santa Clara, desde donde el Capitán San Luis estará siempre dispuesto como lo hizo en vida a un nuevo combate por un futuro mejor de su patria, de América Latina y del mundo.
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