Por Noris Rosado Figueredo/Foto InternetSantiago de Cuba, 18 mar.— Los cubanos de estos tiempos, estamos convocados para emprender una nueva batalla, el rescate de valores ético-morales, que es decir valores sociales, el respeto y la comprensión por parte de todos.En este combate urge el actuar de todos, ir de lo colectivo a lo individual y viceversa.
Analizar cómo actuamos en el hogar, en
la escuela y en el barrio. En este último con más fuerza, pues es donde
encontramos a menudo esas manifestaciones que van desde el desafío en
una cola o a la subida del ómnibus, hasta las palabras obscenas, unas
veces como gracia, y otras como ofensas que anteceden a las riñas.
De ahí, que en el hogar se debe enseñar a los menores, a los adolescentes y jóvenes a rescatar esas palabras mágicas, como se estila a decir hoy, hasta en los medios de difusión, como son: gracias, permiso, buenas, disculpe y otras que son capaces de abrir puertas a la buena educación y a la mejor convivencia.
La Federación de Mujeres Cubanas, FMC, los Comités de Defensa de la Revolución, CDR, las organizaciones de masas, y los trabajadores, que en su mayoría son padres, madres, abuelos, tios y hermanos, la familia en general están obligados a detener la falta de respeto, el uso y el abuso de las llamadas "malas palabras" y hasta la agresividad.
¿Por qué ver con tranquilidad una "pelea" entre los niños, a la salida de la escuela y no intervenir para que eso no suceda?. Justo, en ese momento se impone un regaño y la necesidad de hacerle entender que con la violencia no se resuelven los problemas.
De todos es conocido, que en nuestra población hay una elevada instrucción, un alto nivel de escolaridad, pero sin embargo, estamos un poco alejados de conductas educativas, que afectan también los sentimientos de solidaridad.
Como bien señaló el compañero José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y vice presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del 9no Congreso de la FMC, "perpetuar valores acordes con la sociedad que aspiramos, requiere una labor ideológica constante...ajustada a las características de cada localidad".
De ahí, que en el hogar se debe enseñar a los menores, a los adolescentes y jóvenes a rescatar esas palabras mágicas, como se estila a decir hoy, hasta en los medios de difusión, como son: gracias, permiso, buenas, disculpe y otras que son capaces de abrir puertas a la buena educación y a la mejor convivencia.
La Federación de Mujeres Cubanas, FMC, los Comités de Defensa de la Revolución, CDR, las organizaciones de masas, y los trabajadores, que en su mayoría son padres, madres, abuelos, tios y hermanos, la familia en general están obligados a detener la falta de respeto, el uso y el abuso de las llamadas "malas palabras" y hasta la agresividad.
¿Por qué ver con tranquilidad una "pelea" entre los niños, a la salida de la escuela y no intervenir para que eso no suceda?. Justo, en ese momento se impone un regaño y la necesidad de hacerle entender que con la violencia no se resuelven los problemas.
De todos es conocido, que en nuestra población hay una elevada instrucción, un alto nivel de escolaridad, pero sin embargo, estamos un poco alejados de conductas educativas, que afectan también los sentimientos de solidaridad.
Como bien señaló el compañero José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y vice presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del 9no Congreso de la FMC, "perpetuar valores acordes con la sociedad que aspiramos, requiere una labor ideológica constante...ajustada a las características de cada localidad".
No hay comentarios:
Publicar un comentario