Plaza de la revolución

Plaza de la revolución
Plaza de la revolución

martes, 18 de marzo de 2014

La Avellaneda en mí


La Avellaneda en míPor Kenia Tabares Robles

Santiago de Cuba, 18 mar.— "La Tula". Este es el nombre de la escultura monumentaria en bronce que la Fundación Caguayo de Santiago de Cuba creó, para reconocer a la poetisa Gertrudis Gómez de Avellaneda, en el bicentenario de su natalicio, el próximo 23 de marzo.
La pieza, de 2,20 metros de altura será emplazada en la calle que lleva su nombre en la ciudad de Camagüey, según dio a conocer el portal cultural: http://www.pprincipe.cult.cu

El bicentenario de la Avellaneda, escritora reconocida como la primera poetisa romántica hispanoamericana, además de proponer un amplio programa cultural, motiva a reencontrarse con los apasionados textos: "Niña Tula", "Tula" y "Doña Tula", de la también escritora camagüeyana Mary Cruz.

Cruz mostró creatividad y dominio del género literario novela cuando desarrolló esta trilogía dedicada a "la más grande novelista cubana", según José Antonio Portuondo.

Aunque no he tenido la posibilidad de completar la lectura del último de estos textos, puedo decir sin temor a equivocarme, que los dos primeros marcaron mi vida… Llegaron hasta mí tal vez por azar, pero perduran en mis recuerdos porque a través de Mary Cruz conocí una extraordinaria mujer: Gertrudis Gómez de Avellaneda.

Había escuchado muchas veces hablar de ella, tuve que leer algunos de sus textos en los libros de literatura, pero eso nunca captó mi atención. Lo confieso.

Sin embargo, al descubrir las primeras páginas de "Niña Tula" me enamoré del personaje real con sus dotes de ficción: me enamoré de la historia de vida de la Avellaneda.
   
Tenía 18 años en ese momento y empecé a madurar mi pensamiento con estas obras. Comprender el carácter y analizar las contradicciones a las que se enfrentaba una niña que se iba convirtiendo en mujer, ubicarme en la época y vivir apasionadamente cada pasaje de su vida fue especial para mí. Aprendí de la valentía de "Tula".

Atrevidamente audaz, profunda en su pensamiento y segura de lo que quería para su vida, mirando y sintiendo más allá de los tabúes de su época y sin falsas hipocresías… así siento y reconozco a Gertrudis Gómez de Avellaneda.

Más allá de los honores que reconocen su obra como dramaturga, narradora y periodista, hoy yo defiendo lo que Mary Cruz me mostró de ella, y así la siento, así me llega cada día porque sigo buscando la novela "Doña Tula", para completar una trilogía de textos singulares que marcan mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario