Autor : José Raúl Castillo Argüelles
Cuando resta poco más de un mes para el comienzo de las acciones en la
Liga Superior de Baloncesto la buena nueva es que los equipos
santiagueros de uno y otro sexo comenzarán la lid en su cuartel general,
la majestuosa Sala Polivalente Alejandro Urgellés, donde recibirán la
visita el sábado 13 y el domingo 14 de noviembre de los representativos
de nuestra capital.
El certamen se desarrollará de modo paralelo
en las ramas masculina y femenina, los hombres con el concurso de los
conjuntos Capitalinos, Ciego de Ávila (monarcas vigentes), Camagüey
(sub-titular), Matanzas, Villa Clara, Artemisa, Santiago de Cuba
(campeonas) y Guantánamo; mientras que las mujeres tendrán como
protagonistas a los elencos de Pinar del Río, Capitalinas,
Metropolitanas, Villa Clara, Sancti Spíritus, Camagüey, Santiago de Cuba
(campeonas) y Guantánamo.
La fase preliminar culminará el 26 de
enero y avanzarán a los play-off cruzados los cuatro primeros equipos.
Las semifinales 1-4 y 2-3 serán de cinco juegos a ganar tres y la gran
final será de 7-4.
Los organizadores han tomado en cuenta el
receso que tendrá la Serie Nacional por esos días con motivo del III
Clásico Mundial para que la fase conclusiva se vea favorecida por un
mayor interés de la afición y por una mejor cobertura de los medios de
divulgación.
Los duelos de la fecha de apertura serán estos:
Mujeres: SSP - CMG, MET - VCL, PRI - GTM y SCU - CAP.
Hombres: CAV-CMG, MTZ - VCL, ART - GTM y SCU - CAP.
Muy
diferentes son las expectativas en uno y otro sexo: el quinteto varonil
indómito tiene el reto de mejorar el pálido desempeño de las últimas
temporadas y tratar de abrirse camino hacia los puestos de vanguardia
que tiempo atrás ocuparon en el ámbito nacional, mientras que sus pares
femeninas volverán con el empeño de ratificar la supremacía que
ostentan.
No hay dudas que el poder de convocatoria de esta
disciplina en el orden nacional ha decaído mucho en la misma medida en
que ha mermado el nivel cualitativo de la competencia; sin embargo,
albergamos la esperanza de que el esfuerzo conjunto de técnicos,
jugadores y directivos; así como el respaldo logístico apropiado nos
lleven de retorno al nivel perdido y a las grandes emociones que suele
suscitar este apasionante deporte.
Por lo pronto la idea de un final sin la interferencia del beisbol debe aportar dividendos a esta noble causa.
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