Santiago de Cuba, 16 abr.—La nueva Constitución cubana plasma anhelos de ayer y realidades de hoy. Así lo manifiesta el propio proceso de consulta popular, donde participaron casi nueve millones de personas, en más de 133 mil reuniones efectuadas.
El hecho de que la Comisión Redactora realizara 760 cambios, que van desde una palabra o frase, hasta la incorporación de un párrafo o artículo completo, se modificaran unos 134 artículos, lo que representa casi el 60 por ciento, tres se eliminaran y sólo 87 quedaron intactos, considerando las propuestas realizadas tanto dentro como fuera del país, valida la importancia concedida al hecho de incluir las opiniones de la población. Por tanto, es obra del poder constituyente democrático, es decir, el pueblo, que ha participado de manera activa en su diseño y elaboración, además de aprobarla mediante referéndum, respaldada por casi siete millones de electores, el pasado 24 de febrero.
Como resultado, en la estructura del texto constitucional se mantienen 11 títulos, 24 capítulos, 18 secciones, 229 artículos y ocho párrafos del Preámbulo se modificaron.
Es la consolidación jurídica de las victorias de nuestro pueblo desde 1868. Su texto pone el acento en las garantías judiciales, con lo que se significa el rol que desempeñan los Tribunales como garantes de primer orden de los derechos, lo que identifica una estructura sistémica que permite una mejor organización y coherencia de sus contenidos, al quedar dividida en títulos, capítulos, secciones y artículos.
Es expresión de continuidad del legado histórico de las luchas independentistas, de la obra de la Revolución, de los principios y valores que enaltecen a la Nación Cubana como: la soberanía popular, la independencia, el antiimperialismo e internacionalismo, la solidaridad, la democracia, el humanismo, la dignidad, la justicia social, la prosperidad individual y colectiva, y de reafirmación de la esencia socialista del sistema político, económico y social y su carácter irrevocable.
Por eso se proclama, justo cuando se cumplen 150 años de que se aprobara la primera Constitución de la República de Cuba en Armas. Y es que la entrada en vigor de la nueva Constitución marcará, sin lugar a dudas, un antes y un después en la historia constitucional del país, debido, precisamente, a los aspectos novedosos, a los aportes que se introducen en su texto, que la convierten en una carta magna superior, no sólo por la cualidad que posee como Ley Suprema, o Ley Fundamental, sino, porque su contenido así lo reafirma.
Responde a su tiempo, a la realidad política, económica y social cubana actual que regula. Es un texto moderno, expresa los necesarios cambios que requería su normativa, como reflejo de la madurez, dinámica y grado de desarrollo alcanzado por a sociedad cubana actual, y al mismo tiempo preserva las conquistas logradas por el pueblo y la Revolución, como señal de perdurabilidad y visión de futuro.
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