Por Rosalina Tamayo Arañó
Palma Soriano, Santiago de Cuba, 17 abr.— Días de definiciones y decisiones trascendentales, que señalaron un rumbo para la Revolución. Días que marcaron y dejaron en evidencia, la firmeza, la capacidad y la inteligencia de Fidel, como un verdadero genio político.
Fue en el cuarto mes del año, a solo dos años de la Revolución, cuando arrecian las presiones y la hostilidad del gobierno de Estados Unidos, que no podía perdonar que a pocas millas de su territorio, se levantara una nación independiente, por eso alientan a la contrarrevolución, organizan y financian una invasión.
Fidel lo intuyó, lo denunció y dejó claro para el mundo, lo que ya el pueblo sabía: esta era una Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, era una Revolución Socialista.
Y junto al pueblo, estuvo en aquellas arenas de Girón, para en poco menos de 72 horas, dejar confirmado, con la victoria, el rumbo socialista y la fuerza del naciente Partido Comunista de Cuba.
Hoy es otro el contexto, es otro el mundo, pero con la enseñanza que nos dejara Fidel, sabemos que los peligros son los mismos, las pretensiones de Estados Unidos se mantienen.
Y en este Abril de combate y de victorias, la historia nos da las razones para seguir el legado de Fidel y defender a cualquier precio nuestra bandera.
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