Por Brita García Alberteris
Todo dependía de los bateadores. Hasta el momento la defensa no era la mejor y mucho menos el trabajo de los serpentineros. Ya habían perdido el primero del día frente a Camagüey: 10 carreras por 0.
El segundo encuentro inició bajo el fuerte sol de la tierra caliente, en un Guillermón con poco público, pero suficiente para apoyar a los jovencitos en ascenso.
Tres carreras marcaron en el primer capítulo los de la tierra del mayor. Adrián Ramírez no aguantó la andanada de batazos y Jorge Freddy Méndez hizo su labor de relevista.
Hasta la tercera página la situación se veía caliente como el clima. Pero el descontrol del contrario y las buenas conexiones de Alejandro Sánchez, Marlon Serrano y otros que aprovecharon la oportunidad para hacer historia entre los campeones y dejar el match en 4-3 a favor de los locales.
Álvaro de Álvarez hizo bien su trabajo y conectó por el jardín izquierdo, incapturable para el tercera base Néstor Herrera. Con dos outs la situación se complicó para Méndez, que regaló un pelotazo justo en la espalda del primer bate Yauinier Marrón. Fue todo para él en este encuentro.
Con las bases llenas vino José Carlos Barbosa a salvar el encuentro haciendo que el segundo en la alineación, Carlos González, bateara justo a las manos de Chaguito Torres en segunda base.
El sol se escondió detrás de las nubes en el cuarto inning, para darnos tres minutos de descanso de su agotador trabajo. En ese momento Santiago Torres jugaba contra el ampaya y el lanzador contrario. Cuando el sol nuevamente asomaba sus rayos, Chaguito conectó un Texas por el jardín izquierdo, impulsando la quinta.
El turno de Francisco Martínez fue bien aprovechado con un doble, con conexión al central, impulsando al siempre explosivo Torres, quién se deslizó elegantemente en el Home para anotar la sexta.
La rebelión no fue suficiente, todos querían ahora anotar. La Máquina, Néstor Herrera hizo los suyo nuevamente y llegó a la primera base, impulsado después por Chachi, también deseoso de jugar y aprovechando la oportunidad al bate que le dio el manager Eriberto Rosales en este juego.
Y para completar el marcador Alejandro Sánchez desapareció la esférica del parque. La zona del jardín izquierdo sólo vio la pelota volando. Hasta este turno al bate no había conectado ningún hit, su turno no había sido efectivo.
Ocho a tres marcaba la pizarra, a las 3:59 de la tarde en el séptimo capítulo. El "inning de la alegría" estaba a punto de convertirse en la tortura para Camagüey. Olía mis Moreno se embasó al igual que Néstor Herrera, al bate Jorge Luis Gutiérrez. También se fue a la base gracias al serpentinero contrario. El segunda base tenía todas las almohadillas llenas, pero no pudo con la bola rápida, y con un elevado al central. Paqui también buscaba su oportunidad. Lamentablemente le concedieron la base, de caballito entra la novena.
Momento tenso cuando se escucha por el audio "Manuel Mansos sustituye a Asdanis Álvarez y es el nuevo lanzador". La felicidad llegó hasta ahí, al dominar por completo la tanda.
José Carlos Barbosa impuso su valía y desde que se subió al box no permitió que los camagueyanos llegaran a las almohadillas. Con la sustitución de Barbosa por Florencio Maletá los agramontinos hicieron fiesta. Florencio se enredó en su propio juego, salvado por la defensa que en esta ocasión lució mejor.
La tarde concluyó con un nube negra, plena de la necesaria lluvia para la tierra. El partido concluyó 10 carreras por 5 a favor de los rojinegros, este año rojos y amarillos.
Se van a la gira para Sacti Spíritus y Ciego de Ávila con 13 victorias y 7 derrotas, por detrás de Granma en el Grupo D y cuartos nacionalmente detrás de Cienfuegos, Pinar del Río y los vecinos granmenses, como el 1, 2, 3 del evento.
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