Plaza de la revolución

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sábado, 5 de mayo de 2018

Cassinga, donde fuerzas cubanas impidieron una masacre mayor

Por Lino Luben Pérez/Foto Abel Padrón Padilla

La Habana, 5 may.— Salvador Valdés Mesa, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (CCPCC) y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, encabezó el acto de recordación a las víctimas de la masacre sudafrican en Cassinga, Angola, hace 40 años.
  
La ceremonia efectuada en la Sala Universal de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, la presidió también el General de Cuerpo de Ejército Álvaro López Miera, integrante del Buró Político del CCPCC, viceministro primero de las FAR y jefe del Estado Mayor General.
  
López Miera citó en su discurso palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro, quien en un encuentro con internacionalistas cubanos calificó aquel crimen de “acto de horror inconcebible”, al referirse al genocidio de los racistas sudafricanos, quienes asesinaron a más de 600 personas, cifra que no fue mayor gracias a la ayuda de los combatientes internacionalistas cubanos.
  
Los que hoy silencian las causas y los responsables de las guerras no convencionales representan los mismos intereses que en su momento encubrieron aquel asesinato masivo, denunció López Miera.
   
Sin embargo, recordó que más de 300 mil internacionalistas cubanos participaron en la lucha contra el colonialismo y el apartheid, junto a sus hermanos africanos, por los mismos ideales de independencia y libertad.
  
Nangolo Mbumba, vicepresidente de Namibia, al frente de una delegación de visita en Cuba, expresó en el encuentro los sentimientos de gratitud de su Gobierno y pueblo ante el hecho de que si no hubiera sido por las fuerzas cubanas, que provocaron la retirada de los agresores, el costo en vidas humanas habría sido muy superior.      
   
La sangre derramada por ellos y nuestros compatriotas corrió por primera vez en Angola y contribuyó a alcanzar nuestra libertad, aseguró el mandatario ante un numeroso grupo de invitados, entre ellos, representantes del cuerpo diplomático, jefes y oficiales de las FAR y otros.
  
Nangolo Mbumba reiteró que Namibia continuará sus demandas  por el cese del bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra  la Isla, y la devolución del territorio ilegalmente ocupado por su base naval en la provincia de Guantánamo.
  
Uno de los participantes directos en aquella memorable acción de rescate, el actual General de Brigada Pedro Horta Junco, jefe de dirección del MINFAR, describió el alud de metralla y fuego sobre la localidad de Cassinga, a 250 kilómetros de la frontera internacional en el sur de Angola, donde se estableció un campamento de refugiados de la vecina Namibia, ocupada militarmente por Sudáfrica.
  
Relató que los aviones sudafricanos bombardearon y dispararon sin piedad a los civiles, y prepararon el escenario para que poco después más de 500 paracaidistas fueran helitransportados a las cercanías de Cassinga. 
   
Los primeros comandos, explicó, bloquearon las entradas y salidas del poblado, mientras los demás se dedicaron a cazar a los sobrevivientes, incluidos madres con sus bebés en brazos, mujeres embarazadas, ancianos y niños.
  
Añadió que los agresores racistas redujeron a cenizas la escuelita, los albergues, el almacén de alimentos y el policlínico, donde encontró la muerte casi todo el personal médico y los pacientes que estaban hospitalizados.
  
Relató que las tropas cubanas acantonadas en Tchamutete, a 15 kilómetros al sur de Cassinga, salieron hacia la zona del desembarco y en el avance sufrieron duros golpes aéreos que, junto a las minas, causaron varias bajas, pero a fuerza de valentía y tenacidad se aproximaron al campamento y forzaron la retirada de los racistas.

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