Plaza de la revolución

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lunes, 16 de abril de 2018

El Partido y las enseñanzas de Fidel

Por Aida Quintero Dip

Santiago de Cuba, 16 abr.— El criterio del General de Ejército Raúl Castro de que el único sustituto de Fidel es el Partido ratifica la esencia  de una organización que se identificó siempre con un hombre de vertical actuación, con una vida y una obra dedicada al pueblo.
 
Una organización política que ganó ese derecho por su prestigio, autoridad y ligazón con las masas, heredera del Partido Revolucionario Cubano, fundado en 1892 por José Martí para hacer la Guerra Necesaria, tras una faena colosal de veteranos y pinos nuevos en pos de la independencia. 
 
Con el honor como coraza estuvieron cohesionados, el pueblo, el Partido y Fidel en tenaz lucha, cumpliendo el mandato que significa marchar en tiempos convulsos con la cabeza erguida, sin retroceder ni ceder ni vulnerar un solo principio ante amenazas y peligros.
 
Como reconoció su forjador Fidel: “El Partido es hoy el alma de la Revolución”, legado imperecedero para las batallas presentes y futuras, mucho más ahora en que él no está físicamente entre nosotros.
  
Tuvo su mejor simiente, al nutrirse del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, el Partido Socialista Popular, y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo que decidieron disolverse por sí mismos y forjar una sola vanguardia.
  
En un gesto avalado por su altruismo y reflejo de un modo de actuación diferente, el excepcional revolucionario Blas Roca Calderío, quien ocupó la alta responsabilidad de secretario general, puso en manos del Comandante en Jefe la roja bandera del destacamento forjado por Carlos Baliño y Julio Antonio Mella.
 
Cuando Fidel dio a conocer oficialmente la aspiración de crear el Partido Unido de la Revolución Socialista, enfrentando esa situación con valentía, sin divisiones, tras criticar y rectificar errores y tendencias; se salvó la unidad de la Revolución y la pureza del proceso de formación del partido marxista-leninista.
 
Con ese antecedente como baluarte nació el Partido Comunista de Cuba -cuya fecha de fundación es el 16 de abril de 1961-, la más elevada conquista de la Revolución, garantía de resistencia y continuidad histórica al ser carne y sangre del pueblo trabajador.
 
Las enseñanzas de Fidel están en el Moncada, la Historia me absolverá, la prisión fecunda, el Granma, Cinco Palmas y la Sierra Maestra; en la Crisis de Octubre y los días gloriosos de Playa Girón y de Angola, dijo Manuel Antonio Rodríguez, militante del Partido, periodista  y combatiente.
 
El secreto, recalca, de lo que algunos han calificado como el milagro del sistema socialista cubano está en la unidad, es el principal legado de Fidel que no podemos olvidar nunca.
   
Ese ha sido el escudo, la única fórmula que el enemigo no puede descifrar porque desconoce la fortaleza de un pueblo cohesionado, en defensa de una bandera y un ideal, subraya.
  
Esa verdad está validada por el hecho de que el pueblo ha sido dirigido por un Partido de vanguardia, que con su ejemplo y acción ha merecido el respeto ante las masas, considera el veterano comunista,  Agustín Castellanos Pacheco, de Santiago de Cuba.
  
Para el fundador del Partido, presente en hechos cruciales de la Patria como combatiente clandestino, en la epopeya de Girón e internacionalista, la organización ha mostrado solidez suficiente para seguir adelante, vigorosa, al lado del pueblo, desafiando las mayores contingencias.

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