Santiago de Cuba, 9 abr.— Con el objetivo de apoyar el desarrollo de la huelga general del 9 de abril de 1958, la comandancia del Ejército Rebelde ordenó a sus diferentes mandos la realización de acciones combativas contra las fuerzas del régimen del dictador Fulgencio Batista en las zonas donde operaba la guerrilla.
El 8 de abril de 1958, por ejemplo, tropas de la Columna UNO José Martí al mando del Comandante en Jefe Fidel Castro, atacaron el cuartel de la tiranía del poblado de San Ramón, en el municipio de Manzanillo, donde cayó combatiendo heroicamente el Teniente Pablo Noriega, mientras que otros guerrilleros fueron heridos.
Ese propio 9 de abril, en territorio del Segundo Frente, tropas guerrilleras que operaban en la zona Baracoa-Yateras, atacaron el cuartel de la localidad de Imías, en apoyo a la huelga general, donde perdió la vida el valerosa Capitán y jefe de ese mando rebelde Ciro Frías, quien fue póstumamente ascendido a Comandante.
También el 9 de abril de 1958, un grupo de combatientes de la clandestinidad de Santiago de Cuba comandado por René Ramos Latour, atacaron el cuartel del Puerto de Boniato, con lo cual se estableció una nueva columna guerrillera que días después atacó con éxito el cuartel de Ramón de las Yaguas, uniéndose posteriormente a las fuerzas del Comandante Raúl Castro en el Segundo Frente Oriental Frank País.
Asimismo en la noche del 10 de abril y la madrugada del 11, tropas rebeldes del Tercer Frente Oriental Mario Muñoz Monroy atacaron el poblado de El Cobre, ubicado a solo 20 kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba, permaneciendo en ese lugar por varias horas. Al retirarse la guerrilla hizo estallar el polvorín existente en las minas de El Cobre, que estremeció toda la ciudad santiaguera.
También en la madrugada del 9 de abril de 1958 haciéndolo coincidir con la huelga general, se produjo cerca de La Coloma, en Pinar del Río, un desembarco de 11 expedicionarios que viajaron a bordo de la nave El Corojo con un importante cargamento de armas y municiones, la mayoría de las cuales fueron utilizadas para combatir la dictadura, tanto en el llano como en las montañas.
Con esas acciones que tuvieron lugar hace 60 años, quedó demostrado que tanto el movimiento clandestino, como el Ejército Rebelde eran parte de un todo, cuyo objetivo común era derrotar la tiranía batistiana y lograr el triunfo de la Revolución.
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