Plaza de la revolución

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miércoles, 20 de septiembre de 2017

Orgullo de fundadoras de la poligrafía palmera

Por Rosalina Tamayo Arañó

Palma Soriano, Santiago de Cuba, 20 sep.— El poligráfico Haydée Santamaría es uno de los centros emblemáticos que tiene el municipio por la importancia de su objeto social, el cumplimiento de sus planes productivos y el sentido de pertenencia que tienen sus trabajadores.

En visita al que fuera uno de los más grandes poligráficos de América latina cuando se construyó, al contactar con su colectivo supimos del orgullo que sienten muchos de ser fundadores del centro.

Maritza y Niovis son encuadernadoras, en intercambio con ellas decían sus años de experiencia en esta fábrica y una de las visitantes al ellas decir su edad le comentó, pero no digan esa cantidad de años y ellas como movidas por un mismo impulso dijeron, “como no, si ese es nuestro mayor orgullo, ser fundadoras del poligráfico Haydée Santamaría”.

Maritza Despaigne Semanat, llegó cuando tenía 17 años y ya cumplió 56, con mucho entusiasmo me cuenta que ha hecho de todos los trabajos en la fábrica desde pintar, darle brillo al piso hasta pasar por los diferentes procesos de montaje de un libro como es el presillado, el horno, la línea Martínez y la guillotina.

Niovis Cutiño Martínez con 35 años de trabajo en la poligrafía dijo que han tenidos momentos importantes en el centro como la confección de la biblioteca familiar para la hermana República Bolivariana de Venezuela, fue masiva la participación del pueblo palmero y decisiva su ayuda para poder cumplir con Fidel que nos dio la tarea. También trabajamos con mucho amor el libro Chávez Nuestro.

Maritza que no deja de trabajar, pero atenta a lo que dice su compañera, me dice, “periodista yo estuve el día que nuestro Comandante inauguró la fábrica y él me dio la mano, fue lindo tenerlo tan cerca”.

Ambas mujeres son técnico medio en arte poligráfico, nos comentan que hace tiempo no se estudia esta especialidad y esa es una preocupación que tienen porque “muchos de nosotros pronto estaremos en edad de jubilación y nos preocupa el futuro de la empresa, hacen falta jóvenes preparados en esta especialidad, para poderles transmitir la experiencia y que sean mejores que nosotros”.

Con sonrisas en sus labios nos despidieron estas trabajadoras palmeras que están felices de ser parte de la familia poligráfica del país y sienten orgullo porque por sus manos pasan las libretas que los niños utilizan en las escuelas y desde ya están trabajando en los libros que se comercializaran en la feria del 2018. 

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