Plaza de la revolución

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domingo, 17 de septiembre de 2017

Huracán de amor

Por Lourdes Palau Vázquez/Foto Internet

Santiago de Cuba, 17 sep.— De esta forma calificaría la solidaridad que se ha desatado en toda Cuba después del paso del devastador Huracán Irma, este evento climatológico nos mantuvo atentos durante varios días, conocíamos por los partes meteorológicos, intensidad, trayectoria, velocidad, desplazamiento y efectivamente llegó con el ciento por ciento de las predicciones dañando ligera o severamente varias provincias de la isla.

Las imágenes que apreciamos por los diferentes medios de prensa confirmaron que en verdad Irma no era para juegos, inundaciones, ráfagas de vientos, árboles de gran porte arrancados de raíz, penetraciones del mar, viviendas desechas o maltrechas quedaron a su paso y lamentablemente diez personas perdieron la vida.

En los rostros de toda Cuba se reflejaba la tristeza por el suceso, tanto en las provincias en que Irma fue ligera como por donde sus azotes se hicieron sentir. Apenas terminadas las lluvias aun con ligeros vientos el potente ciclón encontró su rival, la solidaridad humana que caracteriza a un país donde el pueblo es su potencia mayor, ya nos desdoblamos, ya otra vez somos lo que ocurre cuando algo muy grande pasa y hace estragos, nos convertimos en una familia inmensa que se abraza dando consuelo y poniendo los parches donde se hicieron los huecos.

En Santiago inmediatamente y aún en fase de Alarma ciclónica, sin daños de consideración las autoridades del Partido y el gobierno se pronunciaron por la ayuda inmediata a los territorios más afectados, reciprocando la presencia en esta sur oriental provincia de cubanos de toda la isla cuando el huracán Sandy hará  este Octubre  cinco  años nos dejó sin aliento, no faltaron entonces  las manos amigas, los hombros dispuestos, como ahora también la solidaridad internacional, quizás porque como se  ha dicho Amor con amor se paga, los santiagueros de diferentes sectores partieron con sus directivos al frente prestos y dispuestos a colaborar.

Adrián un trabajador eléctrico de mi barrio y su novia Caridad también de la zona habían previsto su matrimonio para finales de Septiembre y cuando Irma llegó se encontraban en los preparativos de este momento  tan importante en sus vidas más el deber hizo que como otras cosas también el casamiento fuera pospuesto.

La comunidad decidió a propósito del proceso de nominación de los candidatos a delegados del Poder Popular invitarlos y hacer un aparte de reconocimiento al estimado liniero del área y a su novia, deseándoles éxitos futuros en su unión, ella quizás emocionada o tal vez triste lloraba y luego de un largo beso sin rubor ante una alborozada comunidad el trabajador eléctrico a viva voz le garantizaba "tranquila negra que cuando venga, vengo más fuerte que Irma", acompañados de rizas y abrazos.

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