Santiago de Cuba, 29 ago.— Felixberto Vinent se empeña en poner sentido a cada día. Pero haberlo hecho durante cien años es admirable; aunque se confiesa personaje secundario en esta celebración:
“El que tiene la culpa de que yo haya
llegado a esa edad se llama Fidel Castro –afirma Felixberto. Él fue para
mí lo más grande porque nos sacó de la ceniza. Yo me crié en el campo,
casa de guano, piso de tierra y los insectos acababan con uno. Desde los
8 años tuve que trabajar y ya con 13 picaba caña para ganarme unos
quilos. Después de la Revolución fue que yo pude disfrutar mi vida”.
,Felixberto asiste diariamente a hacer ejercicios. Afirma que así se quita los dolores del cuerpo. Solo sus ojos cansados, de buen observador, delatan la longevidad de este hombre vital y dicharachero, que lleva juntas la experiencia y la picardía:
“Si preguntan por mí en la cuadra entera le podrán decir. Hasta los niños me dicen papá. Y se lo digo a los jóvenes: los vicios malos se botan y el disfrute con la compañera es muy bueno, eso da bastante vida también”.
,Entre hijos, nietos, bisnietos y tataranietos, suman más de 60 los descendientes, que quizás sigan la fórmula de este centenario para alargar los años:
“Tuve trece hijos y siempre fuimos muy apegados. Yo he criado una familia honrada, he vivido tranquilo y eso es muy importante para llegar a esta edad”.
Más de 2 100 cubanos superan los cien años y son, además, ejemplos de una longevidad satisfactoria, resultado de las garantías en la atención médica. Santiago de ,Cuba cuenta con alrededor de 240 centenarios, una de las poblaciones más longevas en la Isla.
Felixberto Vinent es ahora parte de este selecto club. Cumple cien años como quien suma un nuevo motivo para sorprender a la vida:
“Cómo no me voy a sentir feliz de llegar
a esta edad con la fortaleza que yo tengo. No puedo pedir más. Sería
muy egoísta entonces si quisiera durar mil años. Me conformo con lo que
he durado, pero si la naturaleza me da más, sigo con más”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario