Plaza de la revolución

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miércoles, 14 de junio de 2017

Bendito seas mi Che Guevara

Texto y Foto Lourdes Palau

Santiago de Cuba, 14 jun.— Un dolor intenso, con premura un llanto recién estrenado y él bebe pronto entre los brazos de mamá. Después se hizo  muy grande y los pantalones pasaron de cortos a largos y los sueños del niño cruzaron los ríos de la Patagonia al  Bravo.

Fue pródigo el vientre de la mujer que todos alabaron por enviar desde sus entrañas un bálsamo a la tierra, su hijo resultó un hombre fuerte de carácter, independiente de pensamiento y obra, inteligente, humano, valiente, fiel a sus ideales, austero y solidario.

La madre temía por la salud del hijo que fatigado por un asma permanente se le fue de entre las manos y sufrió la ausencia prolongada de su crio que como papalote un día se empinó muy alto; Soñaba que él tenía frio y el en próximo encuentro él le daba calor entre sus brazos, quería regañarlo y terminaba acariciando su sedosa melena o posando su mano que resultaba menuda en su hombro grande.

Ella con el paso del tiempo se conformó con su historia y tocaba su vientre incrédula; Cómo es posible echar al mundo una estrella.

Entre cartas, recuerdos y orgullo del hijo que trajo aquel 14 de Junio a la vida, lejos de él aún y satisfecha de su fruto un día cerró los ojos definitivamente.

El hombre grande supo la noticia, abrió su dulce corazón, le escribió cosas lindas de regalo en su diario, pensó largamente en sus cuidados y preocupaciones, en su orgullo de madre, en la terquedad de él como hijo ante sus suplicas por los lógicos temores de haber salido de sus brazos al mundo.

Que lejos estabas Ernesto de saber que excepto el dolor de Celia su madre, cada 14 de Junio volverías a nacer, en tu ejemplo, en el recuerdo de este pueblo que te admitió como un hijo y se enorgullece de que también nos pertenezcas.

Naces en el rocio, en la palabra certera, en la flor, en una Bolivia que va creciendo con la sangre que regaste, en los alfabetizados que tiene la higuera, en el consultorio que se erige dónde te asesinaron, en los miles de hombres y mujeres que inspirados en ti van a otras tierras a llevar la esperanza.

Naces como retoño rebelde en los pueblos que se levantan, en una América insurrecta que se empeña en que sigas naciendo y de tus huesos hace lanzas. Entonces Bendito seas mi Che Guevara.

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