Plaza de la revolución

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sábado, 19 de noviembre de 2016

Salomé Alemán: Una Maestra diferente

Por Lourdes Palau Vázquez/Foto Enrique Kerol

Santiago de Cuba, 19 nov.— Salomé Alemán Carriazo, es una mujer menuda, de modales finos y trato agradable, aunque es natal de la Habana Vieja hace muchos años viaja diariamente hasta la actual provincia de Mayabeque donde se desempeña desde que fue como adiestrada en la ronera de Santa Cruz.

Graduada como ingeniera Química en La universidad Agraria de la Habana, Salomé asumió su designación en la ronera de Santa Cruz como un reto que con el tiempo pasó a compromiso, transitó allí por los diferentes procesos de la elaboración del ron, logrando determinar los parámetros ideales de la calidad en cada una de las líneas de producción, lo que le permitió ganarse la condición de Maestra Aspirante y finalmente la de Maestra ronera.

La conversación fluye con Salomé allí muy cerca de un barril de buen ron cubano en una de las naves de añejamiento en una visita reciente a Santa Cruz del Sur, centro con una importante misión: Producir rones, aguardientes y CO2 con vistas a satisfacer las demandas de los clientes, garantizando la calidad e inocuidad de sus producciones y la defensa de este patrimonio de la cultura nacional.

Pero ¿¿cómo llega Salomé Alemán a convertirse en la primera mujer maestra ronera del país? Sonríe y sus ojos se vuelven pequeños ante la inesperada pregunta. Con mucho sacrificio y responsabilidad responde sin pensarlo. ¿Qué parámetros se tienen en consideración para otorgar la categoría de Maestra Ronera, indago.

"Es un proceso largo que incluye varios años, donde debemos tener una vigilancia estricta de todas las propiedades

que se van desarrollando en los procesos de elaboración del ron, seriedad y profesionalidad. Tener habilidades suficientes para certificar la calidad requerida de acuerdo al ron que se vaya a evaluar", por ejemplo me dice la Primera  Maestra ronera Salomé. "En la actualidad se producen aquí Rones Habana Club, Añejo Blanco, Añejo 3 años y Especial, Caldos para Ron, aguardiente fresco y Co2".

También los maestros imagino deben ser excelentes catadores, ¿verdad?

Por supuesto responde, "la esencia es saber determinar muy bien la calidad, va creciendo en uno el motivo especial de que el ron de Cuba siga entre los primeros no solo aquí sino en el mundo entero y eso lleva entrega permanente y sacrificio, no crea usted que todos los que aspiran a ser maestros lo logran, confiesa, son varias categoría, Aspirante, Primer Maestro Y Maestro, muchos han quedado en el camino".

Y para una mujer en particular Salomé, ¿qué significa ser la primera Maestra Ronera de Cuba? Alguien nos auxilia con una copa de Habana Club que ella degusta con placer para de inmediato responder.

"Representa un honor, un reconocimiento profesional a la mujer en su papel protagónico, los compañeros te observan de una manera diferente, es para mí una actitud ante la vida de disciplina y mucho rigor. Es un compromiso muy grande porque en Cuba existen ocho maestros roneros y yo soy la única mujer.

¿A qué aspiras Salomé?, le pregunto finalmente a mi entrevistada

"A ser una Buena Maestra Ronera. Responde con rapidez", para sin preámbulo alguno darme un apretón de manos y poner punto final a nuestra conversación, mientras se alejaba de allí entre los olores deliciosos que arrojaba aquella nave de añejo en la ronera de Santa Cruz del Sur.

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