Plaza de la revolución

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jueves, 17 de noviembre de 2016

Centrales azucareros en Santiago: acercamiento a una fábrica de alimentos

Por Israel Hernández Planas

Santiago de Cuba, 17 nov.— Se conoce en el ámbito azucarero como Norma Técnica 52 pero en el argot popular pudiéramos llamarle desarme y limpieza de las maquinarias previo a la zafra. En realidad el proceso no sabe definirse si como conclusión de una zafra o cómo etapa previa. Lo que sí pudiéramos decir que se trata de un proceso único que comienza una vez apagada la última maquinaria de un central tras haber concluido su producción de azúcar.

La zafra en Santiago será un hecho materializado a partir de diciembre próximo y ya su proceso de norma 52 arroja las últimas acciones en pos de una mayor eficiencia productiva y además un proceso más revolucionario en dicha producción.

No es teque, es una realidad. Basta conocer las inversiones realizadas la industria Julio Antonio Mella para saber que existen potencialidades para moler toda la caña que se ubique en el central. Aquí se ha hecho lo que siempre se hace para salvar las principales dificultades mecánicas. Luego de la pasada zafra una revisión profunda de la línea productiva hizo que se trazara el cronograma de reparaciones y limpiezas pero esto estuvo aparejado con el montaje de nuevos equipos que buscan ir ganando en la idea de la limpieza y con ello la higiene necesaria en la producción de cualquier alimento.

Hace poco lo ratificaba el director del Central Mella, el Ingeniero Eliuber Barbosa Tur, en ocasión de la visita a dicha industria del Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista José Ramón Machado Ventura. En ese momento Barbosa Tur explicaba que la intención era ir modernizando el central y más allá de los conocidos amasijos de hierros y ruidos ensordecedores ir readaptándolo al concepto de fábrica de alimentos.

De modo que tanto en Mella ha habido inversiones físicas en la mecánica y también inversiones en cambiar la mentalidad de los trabajadores. Hoy todos laboran con uniformes y aunque en el proceso de norma 52 lo que más prima son los trabajos pesados de soldadura, desarme, engrase  y otros, durante la zafra habrá que lidiar con procesos de tratamiento a un producto natural, aquí la limpieza será vital y en ello giran las apuestas de las inversiones.

El área de elaboración y la de generación de vapor en el incremento de agua condensada para uso de las calderas son las inversiones puntuales del Mella sin contar las decenas de soluciones locales que el cuerpo de innovadores del central siempre lleva a cabo.

También los cambios se concretan en las condiciones de trabajo. Bebederos de agua potable, el resane de los pisos para eliminar porosidad y desniveles, el uso de ropa estéril, todo ello habrá de introducir el germen del cambio de un central como se ve hoy a una fábrica de alimentos como cualquier otra. Así lo explicó Eliuber Barbosa.

Por lo pronto se dan los retoques finales a las reparaciones e inversiones. La industria hará su mejor papel en aras de una mejor producción de azúcar. Las cantidades a producir estarán en consecuencia con la caña que entre al central, pero eso es harina de otro costal.

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