Plaza de la revolución

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miércoles, 30 de noviembre de 2016

Adiós a un gigante

Por Lourdes Palau Vázquez

Santiago de Cuba, 30 nov.— El 7mo congreso del Partido Comunista de Cuba, un  acontecimiento relevante tuvo un matiz singular con la presencia de Fidel y sus palabras llegaron al Corazón de todos los presentes allí porque hablaba de despedida. Más de una lágrima corrió y muchos corazones se apretaron.

"Pronto deberé cumplir 90 años, nunca se me habría ocurrido tal idea y nunca fue fruto de un esfuerzo; fue capricho del azar. Pronto seré ya como todos los demás. A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos como prueba de que en este planeta, si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos. A nuestros hermanos de América Latina y del mundo debemos trasmitirles que el pueblo cubano vencerá.

Tal vez sea de las últimas veces que hable en esta sala. He votado por todos los candidatos sometidos a consulta por el Congreso, y agradezco la invitación y el honor de escucharme. Los felicito a todos y, en primer lugar, al compañero Raúl Castro por su magnífico esfuerzo.

Emprenderemos la marcha y perfeccionaremos lo que debamos perfeccionar, con lealtad meridiana y la fuerza unida, como Martí, Maceo y Gómez, en marcha indetenible".

Así sencillamente dijo nuestro Fidel y parecía que el cielo había caído entonces, hoy en que la realidad del hecho es cierta, los días parecen grises, las finas lloviznas delatan el llanto desde el cielo, el andar pesaroso y los rostros muy tristes, así estamos desde el 25 de noviembre fecha en que el Comandante en jefe dijo adiós.

Santiago, la Cuna de la Revolución asume un compromiso nuevo, el reposo eterno de uno de sus hijos más ilustre, se une a Martí en el cementerio de Santa Ifigenia, a Frank y Josué país, a Carlos Manuel de Céspedes, y a tantos soldados incondicionales de la Patria.

El Fidel de la Sierra y el llano parte físicamente dejando su obra concluida, absuelto por la historia que forjó, amado y respetado por millones de personas que en Cuba y el mundo lo reverencian hoy en su camino a la eternidad.

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