Plaza de la revolución

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viernes, 25 de diciembre de 2015

Pekín, una imagen diferente


Texto y Foto Coral Vázquez Peña

Santiago de Cuba, 25 dic.— Para beneplácito de santiagueras y santiagueros algunas instalaciones de la gastronomía lucen hoy una imagen muy diferente en comparación con años anteriores.

Una de estas unidades es el restaurante de comidas chinas Pekín, ubicado en la Avenida Céspedes, una de las principales arterias de la ciudad de Santiago de Cuba.

Desde el día primero del actual mes presta servicios el establecimiento, en opinión de esta periodista con una ambientación mucho más a tono con el gigante asiático que cuando se inauguró hace unos cuantos años.

En la página web del periódico Sierra Maestra un colega escribió sobre el lugar “El interior del recinto aviva una atmósfera auténtica y las ilusiones se difuminan con tintes muy reales. Se recrea, a gran escala, la estancia en un sitio típico de Beijing.

La decoración oriental es minuciosa. Lienzos pintorescos cubren elegantemente las paredes y tributan equilibrio a la instalación sensiblemente animada por música china. Todo responde a un orden coherente con las tradiciones asiáticas; y aunque usualmente en China la cerveza y el alcohol de arroz se reservan para celebraciones especiales, pues en las comidas de todos los días no se sirven bebidas y los comensales sacian su sed con sopas y caldos, las barras de Pekín se permiten unas libertades criollas para ofrecer cervezas y licores a sus clientes y cubrir, de ese modo, el espíritu festivo del santiaguero.

Motivada por ese escrito invité a mi familia a saborear los placeres del arte culinario chino que se ofertan en el restaurante Pekín de Santiago de Cuba.

Y fue así como llegué a ese establecimiento de la gastronomía especializada y digo que me gustó el lugar aunque no me deslumbró porque pienso que hay elementos que desentonan, por ejemplo el enorme equipo de audio y video que para nada juega con la ambientación, la música desde mi punto de vista un poco alta teniendo en cuenta que el que va al lugar es a comer y la música de degustar debe ser suave y estar en un volumen más bajo y por último el uniforme de los trabajadores.

El servicio no fue del todo rápido y cuando le preguntamos a quien atendía la mesa nos dijo que se elaboraba al momento, algo que no satisfizo la inquietud porque en la cocina oriental todo está, sólo hay que mezclarlo como el arroz frito que pedimos.

Por lo demás encontré bueno la sazón, los aliños y el gramaje de los platos, lo mismo del coctel de camarones, con salsa agridulce, las maripositas, los arroces fritos con carne y mariscos y el Chop suey de carne de cerdo, así como el trato del personal.

El colega del periódico Sierra maestra apuntó “más existe un hecho engorroso que se erige como elemento lacerante a la armonía lograda: la variedad y calidad de los platillos aún no alcanza el nivel de excelencia exigido por las normas culinarias del país asiático”, yo espero que con el decursar del tiempo a diferencia de lo que nos tiene acostumbrado la gastronomía santiaguera, el restaurante Pekín perfeccione las técnicas culinarias chinas y que pasado un tiempo uno acuda al lugar y sienta el nivel de satisfacción del primero de diciembre de 2015 cuando el establecimiento reabrió sus puertas para beneplácito de santiagueras, santiagueros y de todo aquel que visite la ciudad.

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