Plaza de la revolución

Plaza de la revolución
Plaza de la revolución

martes, 22 de diciembre de 2015

Educador sin barreras


Nils CastroNils Castro es uno de esos hombres que encontró su vocación en Santiago de Cuba. Ha recorrido Latinoamérica cumpliendo infinidad de misiones, pero volver a esta tierra siempre le devuelve el recuerdo de aquellos años.

Por Dayron Chang Arranz

Santiago de Cuba, 22 dic.— Nils Castro es un hombre de hablar pausado. Algo de maestro hay en su tono con matices explicativos. Su dominio de las letras no deja margen a las dudas. No es rebuscado, y algo jocoso siempre se le escapa. Por eso emociona escuchar sus análisis, sus vivencias. A mi edad diría que alguna de ellas ya son proezas.

De América Latina ha recorrido casi todos sus rincones. Pero sigue mirando a la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba como ese espacio de aprendizaje y enseñanzas. Justo allí me lo encontré tratando de recuperar del olvido una revista que desde sus páginas educó en las ciencias y las letras a miles de jóvenes e intelectuales del continente.

Pude haberle preguntado solo de ello. Pero en educadores como este vale la pena excavar. Es cierto, educador, pues aunque el azar concurrente le deparó otras misiones, siempre retorna a esa profesión que considera como la semilla.

Por ahí siempre comienza la historia del hombre que nunca ha encontrado barreras.

Nils Castro: Yo fui reclutado por el entonces Embajador de México José Antonio Portuondo. Una situación crítica se estaba dando en la Universidad de Oriente: muchos profesores, se habían trasladado a La Habana, otros abandonaban el país, por tanto la Universidad necesitaba reemplazar docentes con cierta rapidez. Casi terminaba mis estudios, pero ante la ayuda que buscaba Cuba no escatimé en venir. Quizás era por ese espíritu aventurero que se tiene de joven.

Llegue aquí muy joven, no solo a aportar lo que entonces podía sino también a recibir formación. Buena parte de lo que en este mundo he logrado hacer se debe a la formación recibida durante los años que trabajé en la Universidad de Oriente.

Periodista: Pudo haber regresado a su país, sin embargo escogió quedarse cumpliendo otras misiones en la Universidad. ¿Por qué toma esta decisión? ¿Cómo logra adaptarse y convivir en este ambiente académico que no tenía nada que ver con el de México?

Nils Castro: Los años iniciales solamente estuve impartiendo docencia, el resto del tiempo lo dedique a la construcción de la Dirección de Instrucción Política de la División 101 de Milicias. Cuando José Antonio se reincorpora a la rectoría de la universidad ahí me exigió que me quedara a tiempo completo. Coincide con el periodo de implantación de la Segunda Reforma Universitaria. Poco a poco me fui adaptando a todo ello: me tocó el proceso de construcción de la Facultad de Letras y dediqué mucho de mi tiempo a ello. Luego en el último asumo la dirección de Extensión Universitaria. Todo aquello me emocionaba y sobre todo me enriquecía profesional y humanamente.

Periodista: ¿Es en esa etapa donde aprovecha para fundar la reconocida Revista Santiago?

Nils Castro: La Revista Santiago es parte de los proyectos desarrollados en extensión. Durante ese periodo fomentamos también el teatro, el cine debate. Proliferó un conjunto de actividades entre las cuales estuvo la Revista.

Periodista: Estamos hablando de finales de los años 70. Es un periodo de rectificación de errores, de apertura a nuevas iniciativa y oportunidades.

Nils Castro: Justamente en esa etapa el liderazgo de la provincia lo asumen dos delegados del poder político que ayudan al restablecimiento de la situación productiva en la provincia: Armando Hart y Juan Almeida. Ellos alentaron como dices, la producción de nuevas ideas. Particularmente Almeida se encargó de darle un respaldo inicial al desarrollo de la Revista Santiago.

El reto era por una parte abrirles a los estudiantes avanzados y recién egresados, profesores de la universidad, la oportunidad de publicar en un órgano que no fuera local sino nacional, incluso con proyección latinoamericana.
Así surgió desde su primer momento: como una publicación de carácter nacional que pretendía abrirse un espacio equivalente al que en ese momento tenia Casa de las Américas, la Revista Unión de la UNEAC, o Pensamiento crítico entonces editada por la Universidad de La habana. De forma tal que los autores orientales debían publicar al mismo nivel que los universitarios de otras regiones del país y el continente.

Periodista: Pero según he leído también tuvo una red de colaboradores en todo el continente que cubría el área no solo literaria sino de todas las ciencias sociales.

Nils Castro: Gracias a eso tuvo una sección fuerte de ensayo y otra de entrevista orientada al tema de las investigaciones históricas y algunos temas teóricos. Se convirtió no solo en un espejo sino en un actor que estaba en constante diálogo con la realidad. La óptica de la revista no era solo reflejar las circunstancias santiagueras y orientales de la época si no hacerse parte de ellas.

Periodista: Justo después de esto su país -Panamá- reclama de sus capacidades. Hacia allá se dirige como colaborador de Omar Torrijos. Ayuda a escribir la declaración y el programa del el Partido Revolucionario Democrático torrijista. Ya no era el profesor de la Universidad de Oriente, pero ¿les sirvieron las enseñanzas de Santiago y de Cuba en circunstancias como esas?

Nils Castro: Cuba y esencialmente Santiago siempre serán una escuela. El modelo revolucionario cubano también.

Además no importa el contexto siempre se enseña y se aprende cosas nuevas. De eso se trata ser profesor.

Pero en esta etapa me tocó colaborar con el general Omar Torrijos en los temas centroamericanos. Era visible que se avecinaban insurrecciones y guerras civiles en Centroamérica. La visión de Torrijos era cómo lograr solución política a un tema que él creía no podía encontrar nunca una salida militar. Así que pasé a las relaciones internacionales del torrijismo. Ya no pasaban por el quehacer cultural del área editorial de la Revista Santiago eran relaciones de colaboración entre partidos políticos.

Periodista: Hay un libro publicado por usted llamado Las izquierdas latinoamericanas a la hora de crear donde realiza un esbozo de este movimiento en el continente. Explica la involución de la Unión Soviética como modelo, el debilitamiento de los movimientos revolucionarios en los años 80 en Latinoamérica y expone el tsunami neoliberal de los 90 y sus consecuencias. Pero llama la atención cómo explica que la izquierda empieza a explorar nuevos caminos y alternativas para transformar su realidad desde Hugo Chávez ¿Por qué tomarlo como referente?

Nils Castro: Después de salir de la cárcel Chávez va a Panamá un poco en busca de la huella de Omar Torrijos. Fue una excelente oportunidad para conocerlo y mantener esa amistad. Torrijos ya no estaba, pero estábamos algunos de los que habíamos colaborado con él. De Panamá Chávez viene a La Habana donde dicta una conferencia en el Alma Mater de la Universidad en la que hace varias citas a un librito que se llama El pez en el agua, escrito por mí hace algún tiempo como doctrina militar para los jóvenes oficiales panameños. Por eso motivo Chávez tuvo años llamándome el pez…

Aquí está el pez en el agua. A partir de ese momento queda claro que existían otras posibilidades. No estaban creadas las condiciones culturales, ideológicas políticas para nuevos periodos insurreccionales pero sí para grandes movilizaciones urbanas de masas Eso dio lugar a sucesivas victorias de candidatos de izquierdas y al restablecimiento de gobiernos progresistas. Pero vale pensar que estos gobiernos no son producto de revoluciones como Cuba, son producto de un disgusto social manifestado en elecciones. Llegan a gobernar pero sin tener el poder realmente.

Acceden al gobierno no al poder, el cual continúa estando en manos de las corporaciones económicas transnacionales de las burguesías locales, quienes a su vez son poseedoras de grandes medios de comunicación. De manera que hay una permanente disputa del poder en los gobiernos progresistas y burguesías cada vez más capaces de contragolpear.

Periodista: Para quien vivió tantos años aquí sabe que Cuba es un caso particular en el continente. Desde el pasado 17 de diciembre, con el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos cambia el escenario, por lo menos la perspectiva ¿Cómo habría que mirar a la isla dentro del contexto latinoamericano?

Nils Castro: A Cuba se le abren oportunidades y retos muy importantes. Quizás unos primeros alivios por el proceso de normalización. Pero trae enormes riesgos en el campo de la cultura política. Dentro de Cuba vamos a encontrar nuevos niveles y formas de batalla ideológica. Esa batalla que se libra en todo el continente, tendrá su particularidad e instrumentos cubanos de realización.

Periodista: Fuera de Cuba se esbozan plataformas con nuevos procesos de integración. Se piensa en Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia y Venezuela. Pero algo de incertidumbre no permite que cuajen los procesos a tal punto que sean radicales los cambios. ¿Cómo lo ve usted?

Nils Castro: ¿El problema es cómo hacerle frente a una situación inédita? Inédita en el sentido que el neoliberalismo no solo produjo reducción y debilitamiento del estado, privatización de los recursos nacionales sino también una profunda erosión político ideológica en la mente de millones de personas. En lugar de las ideologías patrióticas de reivindicaciones sociales se entronizó lo que llaman la cultura del consumismo.

Por eso creo que uno de los problemas serios de las izquierdas en América es que los gobiernos progresistas mejoraron las condiciones de vida de la gente, pero la gente sigue bajo los efectos de la intoxicación neoliberal a nivel ideológico. El neoliberalismo se ha desacreditado desde la crisis financiera de 2007-2008, pero lo que este antes hizo sigue vigente y entre otras cosas los efectos corrosivos que dejó a nivel político cultural están ahí. O sea que los partidos de izquierdas tienen que dar hoy una batalla ideológica muy intensa con nuevos lenguajes, nuevas gesticulaciones, nuevos medios de comunicación no a través de los medios tradicionales con los cuales no podemos competir con la TV burguesa.

Periodista: Ahora con un poco más de apertura. Algo parecido tendrá que vivir Cuba.

Nils Castro: Pero este es otro contexto. Aquí la revolución ya está hecha. Al irse desmantelando aspectos del bloqueo se abren posibilidades de inversión de capital extranjero, nuevas formas de asociación internacional. Ahora todo el mundo quiere venir a Cuba. Todo esto produce también efectos en las personas. Así que lo que más interesa ahora es la calidad de la cultura y la ética durante la participación de las personas en la vida política. La herencia martiana en este componente moral del quehacer político ahora es cuando va a hacer más importante que nunca. Ahora es cuando serán los profesores eslabón imprescindible en la transmisión de valores a las nuevas generaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario