Plaza de la revolución

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sábado, 9 de mayo de 2015

Pasajes de una batalla sumergida


Pasajes de una batalla sumergidaPor Dayron Chang Arranz

Santiago de Cuba, 9 may.— En el letargo de más de un siglo está uno de los patrimonios culturales y subacuáticos más notables del mundo. Los acorazados Cristóbal Colon, el Almirante Oquendo y Vizcaya; los destructores Furor y Plutón narran en la costa Sur Oriental de Cuba las memorias del acontecimiento del siglo XIX que cambió el escenario geopolítico mundial. ¿pero cómo llegaron esos pecios a bordear la geografía marina de la villa oriental?

Ante la derrota terrestre del ejército español durante los primeros días de la Guerra Hispano Cubano Norteamericana no queda otro remedio al Almirante Cervera que moverse de la bahia para que la armada no fuera hecha prisionera sin combatir. Es cuando se produce un tres de julio de 1898 el combate naval entre los buques del Cervera y la Armada de Sampson a la entrada de Santiago de Cuba.

Fue un combate prácticamente desigual en primer lugar por una cuestión geográfica: la boca de la bahía santiaguera es de solo 300 metros y eso no permitía que dos barcos españoles salieran a la vez. Había además una formación importante de acorazados norteamericanos haciendo una especie de semicírculo alrededor de la entrada de la bahía y los barcos españoles fueron saliendo uno a uno.

Pasajes de una batalla sumergidaEl primero Infanta María Teresa con Cervera al frente, al instante fue asediado, bombardeado y no hubo más remedio que lanzarlo a tierra. Luego salieron los torpederos, los otros acorazados y finalmente el Colón.

El Cristóbal Colón, el barco más moderno de la armada española y el único que poseía un buen nivel de carbón fue el que hizo posible que se ganara velocidad y se pudiera romper el cerco norteamericano. El barco tomó camino, pero fue perseguido por varios acorazados y ya a la altura del Turquino decidieron igualmente lanzarlo a tierra porque no había ninguna capacidad de escapatoria.

Este fue el último. El resto: el Vizcaya, el Furor fueron quedando en el camino y hoy esos barcos que integraron la armada de Cervera forman parte de lo que es hoy el patrimonio sumergido de Santiago de Cuba.

Estos barcos son de un valor inapreciable. Refiere el conservador de la ciudad Omar López que “el tener toda una armada te permite evaluar cómo sucedieron los acontecimientos, cuáles eran las características de las embarcaciones de esa época, tienen incluso el atractivo de que dos de ellas: el Oquendo y el Vizcaya sobresalen de la línea de mar y sus torretas hoy son una muestra visible de lo que significaron.

Pasajes de una batalla sumergidaA su vez el Colón yace en el litoral del Turquino y son muchas las personas que intentan hacer una inmersión en la historia para tocar esas moles de acero que se ha integrado a la geografía del mar. Las anclas, cañones, y distintas partes, la proa, la popa de estos gigantes mudos.”

El bautizo de la guerra mediática

Pero esta guerra tuvo un valor agregado. Minuto a minuto más de 80 corresponsales instalados en el poblado de Siboney daban parte de lo que sucedía en la bahía santiaguera. Fotos, titulares en diversas jornadas de los mejores diarios norteamericanos, imprentas desbordadas, representaciones fílmicas e importantes magnates de la prensa influían con su novedosa guerra mediática en el curso de los acontecimientos.

Por eso llegó a convertirse en un hito en el tema de la información y del periodismo de guerra. Desde que se declara la guerra entre Estados Unidos y España, ya incluso desde mucho antes la prensa amarilla empieza a trabajar el tema, busca dar una visión crítica de la situación que tenia la isla, con el objetivo de sensibilizar en este caso al pueblo norteamericano para asegurar un ejército que participara con la supuesta intención de ayudar la independencia de Cuba.

Fue una guerra además muy fotografiada donde personas como Randolph Heart y Pullitzer tuvieron mucha influencia.

Ahí está la famosa caricatura donde se ven a ellos dos armando con bloques de madera la palabra guerra o War en inglés. Eso da una idea de cómo se manejo aquello en aquel momento.

Observar pasado el tiempo una foto del globo cautivo que fue lo que permitió a los norteamericanos ver las posiciones españolas en las Lomas del San Juan; las ametralladoras que se utilizaron por vez primera con la pólvora blanca. Cada detalle te permite entender cómo transitó por la geografía santiaguera cada uno de los ejércitos hasta llegar a ese momento también extraordianrio de la historia que fue la capitulación de la ciudad en el árbol de la paz.

Aquel fue un momento difícil ya que las tropas norteamericanas no permitieron que tropas cubanas entraran a Santiago de Cuba. Es considerado un hecho indigno para los cubanos, acusado dignamente por Calixto García, quien supo levantar la moral con aquella Carta al General Shafter.

Años más tarde Fidel, en medio del fervor del triunfo revolucionario, revive esa escena cuando expresa en el balcón del Ayuntamiento durante su discurso el primero de enero de 1959: “Ahora sí los mambises entraron a Santiago.”

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