Plaza de la revolución

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martes, 23 de diciembre de 2014

Recorriendo al Che (I)


 Recorriendo al Che (I)Por Karina Sotomayor Otero

Santiago de Cuba, 23 dic.— Cada mañana niñas y niños de toda Cuba confirman ser como el Che en ese ritual que antecede el aula y el conocimiento. Interiorizar desde la posibilidad de cada edad la valía de este hombre extraordinario elevaría a posturas inimaginables a estos seres humanos que en cada jornada mencionan al guerrillero heroico casi por costumbre, sin reflexionar que fue el Che un hombre de increíbles virtudes.

Al decir de Fidel “(…) Che no sólo era un hombre de acción insuperable; Che era un hombre de pensamiento profundo, de inteligencia visionaria, un hombre de profunda cultura. Es decir, que reunía en su personalidad al hombre de ideas y al hombre de acción”. Y está demostrado que ese mezcla de humanidad es la necesaria para enfrentar estos tiempos.

El argentino-cubano Guevara en su época de estudiante estudiaba de noche y hasta la madrugada, pues consideraba que eran estas las horas más tranquilas, jugaba ajedrez, gustaba de viajar y escribir cartas. En las misivas narraba paisajes y anécdotas de sus recorridos y le decían teté desde muy pequeño. De hecho se relata que a los diecisiete años empezó a redactar un diccionario filosófico, material que se conservó en su archivo personal.

De sus viajes reconoció a su tierra como “mayúscula América”, su corazón fue invadido por ese latinoamericanismo que marcaría su vida posterior. Conoció sobre la explotación a que eran sometidos los mineros chilenos en las minas de Chuquicamata; visitó Bolivia, Perú y Ecuador, Costa Rica, Guatemala, México, entre otros países, cada realidad las analizó desde los preceptos marxistas y no le gustaba en lo absoluto la influencia gringa en América.

“Fue un día del mes de julio o agosto de 1955 cuando conocimos al Che. Y en una noche, como el cuenta en sus narraciones se convirtió en un futuro expedicionario del Granma. Pero en aquel entonces aquella expedición no tenía ni armas ni tropas. Y fue así como, junto con Raúl, el Che integró el grupo de los primeros de la lista del Granma”, comentaría Fidel Castro Ruz.

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