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martes, 16 de diciembre de 2014

Convenio entre España y Santiago de Cuba estudia Patrimonio Fortificado del Caribe


Convenio entre España y Santiago de Cuba estudia Patrimonio Fortificado del CaribePor Dayron Chang Arranz

En diciembre de 1997 en Nápoles, Italia, la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad al Castillo del Morro San Pedro de la Roca. Sus más de 375 años de historia son hoy motivo de investigaciones

Santiago de Cuba, 16 dic.— Cuando en 1962 el restaurador Francisco Prat Puig desempolvó sus galerías abovedadas invocaba un pasado de ansiedad y sufrimiento. Como era de esperar el Castillo del Morro era algo más que esa armazón enraizada a la entrada de Santiago de Cuba.
En tales enigmas se sustentan los estudios que vinculan al Conservador de la Ciudad con la Embajada de España.

Firmar un convenio de esta índole, según Omar López, director de la Oficina de la Conservador, “obedece a la necesidad de poner en visibilidad las fortalezas que unen a América y Europa. En este caso se hace a través de una familia de ingenieros militares italianos que en los siglos XVI y XVII tuvieron una presencia extraordinaria en América. Ellos serán el punto de partida para desarrollar intercambios académicos, investigaciones y publicaciones históricas.”

Fue Juan Bautista Antonelli y su familia quienes proyectarían en 1637 la  fortaleza santiaguera que construyó Don Pedro de la Roca y Borja. Sin embargo ataques de corsarios y piratas le impuso disímiles reformas.

Weiss describe la fortaleza de San Pedro de la Roca como “la fortificación más pintoresca y una de las más sólidas que nos ha legado la época colonial. Levantada sobre un peñón a la entrada de la bahía presenta desde el mar un aspecto imponente que debió ser disuasivo para los presuntos atacantes, en el interior de sus gruesas murallas se suceden y superponen las casamatas, los polvorines y también los calabozos, evocando un pasado de peligro.”

Miguel de Muesas, Comandante y Castellano del Morro de Santiago de Cuba, importante puesto defensivo en aquella estratégica posesión española, reconoció, ante el ataque de los ingleses la posición estratégica que poseía esta fortaleza.

En sus tiempos la guarnición regular destacada en el Morro estaba sujeta a las órdenes de Muesas- quien tenía a su mando dos ayudantes mayores, dos capellanes, tres capitanes, cuatro tenientes, cinco subtenientes, seis alféreces, nueve sargentos, seis tambores, doscientos cincuenta cabos y soldados, y un destacamento de artilleros.

Sucesivos terremotos en 1675, 1692, 1757 y 1766 también sacudieron los mismos ladrillos que llegados de Puerto Príncipe expandieron muros de semblante Medieval y renacentista. Con ellos creció  el sistema costero de la villa terminando las plataformas del Sacramento, El Aljibe y Nápoles, se ubicaron almacenes e Iglesia y crecieron en alturas sus murallones.

Todo lo que se haga por preservar este patrimonio; afirma José Pardo de Santallana, Agregado de Defensa de la Embajada de España en Cuba “contribuirá a reforzar la identidad de esta ciudad, de Cuba, y un destino cultural importantísimo para el turismo pues hace más atractiva e interesante la visita a esta ciudad. El turismo está llamado a ser un camino para la riqueza de ciudad y de este país.”

El conservador de la ciudad adelanto que “hoy en La Habana se encuentra en el Castillo de la Fuerza, una importante exposición sobre este hecho: la presencia de los Antonelli en América. Esta exhibición será montada posteriormente en Santiago y será una de las primeras que hagamos en la ciudad en el año del 500 aniversario pues pensamos inaugurarla durante los primeros días de enero.”

Nadie niega que su papelería de más de 300 años guarde aún algún misterio. O que objetos por estos días en restauración testifiquen un nuevo hallazgo. El Castillo del Morro persuade todavía por sus vivencias amuralladas.

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