Plaza de la revolución

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viernes, 21 de noviembre de 2014

Hacer y consumir una buena televisión, un reto impostergable


Hacer y consumir una buena televisión, un reto impostergablePor Israel Hernández Planas

Santiago de Cuba, 21 nov.— Este 21 de  noviembre se celebra en varios países el Día Mundial de la Televisión, según proclamara la Asamblea General de las Naciones Unidas en conmemoración de la fecha en que se celebró el primer Foro Mundial de la Televisión.

No es un desatino dedicarle un día a algo tan importante para los seres humanos. Es difícil llegar a un hogar en la actualidad en que no haya un televisor. Su uso es tan diverso como personas existen en el planeta. Para algunos es relleno de un rato de ocio, otros ciñen su existencia a las transmisiones y para muchos es un medio de vida.

La verdad es que desde que surgió la televisión en la década del 30 del siglo XX la humanidad giró en torno a este particular medio bifurcado entre el entretenimiento  y la información.

Cuba no escapó a ese gran salto comunicacional que fueron las transmisiones regulares y desde 1950 introdujo la televisión en la vida nacional.

Hoy en un mundo debatido entre construcción de realidades y medios que buscan el apego a la objetividad en tanto otros simplemente mienten, en el area internacional  la televisión emerge como el oráculo digital utilizado para crear una sociedad totalmente dependiente de los que algunos llamaron en cierta ocasion la caja mágica. La realidad es que forma parte de un complejo entramado para vender ideologías.

En nuestro país la televisión no escapa a su formula de entretenimiento pero le conferimos más importancia a su caracter informativo y educativo, intentando fomentar valores y conocimiento profundo sobre nuestra cultura y desarrollo social.

De ahí que realizadores de este popular medio necesiten constantemente revisar sus modos de hacer y pensar en los públicos a la hora de materializar cualquier proyecto televisivo.

Con un sistema televisivo hilvanado entre los canales nacionales y los telecentros apegados a los preceptos de la televisión comunitaria, en Cuba están cubiertos todos los intereses comunicacionales de la sociedad.

Los expertos en materia de comunicación coinciden en que el reto para seguir haciendo una televisión artística y veráz es precisamente integrar a las audiencias en las formas de hacer y en los contenidos.

La televisión participativa es una voluntad estatal y las corresponsalías y los telecentros municipales corroboran el hecho. Si bien es cierto que nuestra television está encaminada a bridnar a la teleaudiencia programas de alto valor artístico el precismente tener en cuenta la diversidad de la población hace que la programación se mueva desde productos muy buenos hasta otros de dudosa calidad.

Por ello este día mundial de la televisión muchos se sentarán en sus casas y volverán a darle un uso determinado a su aparato. Consumiremos distintos productos de distintas facturas y procedencias y  solo hará falta, como dice un popular programa televisivo, sacar nuestras propias conclusiones.

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